Los 19 diputados del PP en Valencia acumulan la mitad de votos pérdidos en la provincia

Hay siete sillones menos y mucho cargo público que se ha estrenado en el desempleo esta misma semana, después de la constitución de los nuevos ayuntamientos el pasado sábado. La lucha por sentarse en uno de los 12 sillones que conserva el PP en la Diputación de Valencia (19 en la pasada legislatura) se recrudece. El PP debe optar entre la continuidad o la renovación que piden las bases, encabezadas por los jóvenes.

La dirección provincial apuesta por un sistema de elección mixto que, en la práctica, implicaría que sea el aparato el que tenga voz y voto, como siempre. Y se han encendido las alarmas en los sectores críticos, cada vez más numerosos por la pérdida del poder. Éstos apuestan por convocar a los candidatos a diputado provincial por partidos judiciales. Y que en cada uno de ellos, todos los cargos electos depositen sus votos en una urna, siguiendo el modelo de elección de compromisarios para los congresos populares.

Como ya informó www.elperiodic.com, en la última Junta Directiva Provincial, un alcalde de L’Horta Sud, que ha mantenido la vara de mando, elevó la protesta y solicitó que se rompieran los avales en blanco, firmados por los candidatos, con los que se entregaba todo el poder a la dirección de Alfonso Rus para los nombramientos. Su intervención fue largamente aplaudida.

Y se basó en números: la debacle popular del pasado 24 de mayo se cebó especialmente en los municipios que ocupaban asiento en el Palacio de Bailía, sede de la institución provincial. Los 19 diputados provinciales salientes se han dejado 132.737 votos desde 2011. Una cifra que representa la mitad de las papeletas perdidas por el PP en toda la provincia de Valencia. En 2011, fueron capaces de aportar el 43% de los apoyos al PP; ahora, únicamente el 37% del total provincial.

Las caídas más acusadas han sido Valencia ciudad (contaba con 3 diputados) y L’Horta (eran 8), que componen el mismo partido judicial y donde únicamente mantienen seis ediles con representación provincial. Los casos de Aldaia, Moncada o Quart de Poblet, son especialmente significativos, con descensos de 4.588 , 3.011 y 3.097 votos respectivamente.

Recordar que en esta comarca, L’Horta, el color azul se ha mantenido sólo en las alcaldías de Massanassa y en Alfafar.

La situación en el Camp del Turia, comarca tradicionalmente dominada por el ex Delegado del Gobierno, Serafín Castellano, es especialmente complicada. Los llamados ‘rusistas’ han firmado caídas históricas.
Ni la presidenta comarcal, Mari Carmen Contelles, en La Pobla de Vallbona, ni su homólogo en la dirección provincial, Vicente Betoret, en Vilamarxant han mantenido sus alcaldías. Sí lo han hecho sus menos afines: Chimo Segarra, Miguel Espinosa y Francisco Gómez Asensio en Benaguacil, Casinos y Domeño, por lo que podrían defender sus opciones para optar al único diputado popular de la comarca.
En la Ribera, continúa la tensión.

La dirección provincial intentaría defender la incorporación de Rafael Soler, cesado por Alberto Fabra como delegado del Consell en Valencia y repescado por Rus para la polémica Imelsa. En La Pobla Llarga, el PP ha dividido su apoyo por la mitad. Municipios como Algemessí, pese a haber perdido la vara por la suma de fuerzas, han mantenido el tipo.

Idéntico panorama en las comarcas centrales, las más controladas por Alfonso Rus. A la derrota histórica en Xàtiva, se suma la inesperada de Genovés, con la salida de la alcaldía de Emilio Llopis, jefe de gabinete de Rus en la Diputación. Betoret estaría contemplando la posibilidad de mantenerlo en la plaza de Manises.

¿Y qué pasa con la corrupción? ¿Ha tenido efecto? Los de la calle Quart se han quedado sin el único diputado con que contaban en el partido judicial de Ontinyent. Las escuchas de Máximo Caturla, su representante como edil de Fontanars, han podido ser definitivas.

Hoy continúan los encuentros en la calle Quart para perfilar la composición. ¿Continuismo o renovación?