La Diputación creará becas para gestionar la ganadería como actividad útil para prevenir incendios
El pleno aprueba una propuesta para convocar ayudas formativas en la Escuela de Capataces de Catarroja
El pleno de la Diputación de Valencia ha aprobado una proposición en la que se acuerda la creación de becas desde la Escuela de Capataces de Catarroja para investigar la ganadería en zonas boscosas como actividad útil para prevenir incendios.
El diputado de Compromís, Emili Altur, ha presentado una propuesta en la que solicitaba a la Diputación que instara al Consell a programar en el presupuesto de 2013 líneas de subvención necesarias para impulsar la actividad de la ganadería en las comarcas de interior como herramienta para reducir los efectos de los incendios.
El texto de la iniciativa recoge la necesidad de destinar más recursos a potenciar esta actividad rural, así como la agricultura para evitar invertir posteriormente en medios de extinción.
El vicepresidente de la corporación provincial, Juan José Medina, ha manifestado la voluntad de la Diputación de Valencia “en llevar a cabo estudios de investigación sobre este fenómeno”. Por ello, el portavoz del PP ha solicitado añadir a la propuesta una enmienda que recoja la creación de becas formativas siguiendo una línea de colaboración con la Generalitat Valenciana.
“Estas ayudas formativas investigarán la actividad ganadera desde la Escuela de Capataces de Catarroja como acción útil para prevenir incendios y servirá para impulsar las entidades agrarias y buscar nuevas fórmulas para su desarrollo”, ha explicado Medina.
Por su parte, Altur ha mostrado su satisfacción por “llevar a cabo una apuesta propia de la Diputación de Valencia basándose en sus recursos”.
La diputada de Esquerra Unida, Rosa Pérez, ha manifestado su apoyo por esta propuesta ya que “la prevención es fundamental” y, además, “la moción recupera una fuente de riqueza que en estos momentos se está perdiendo”, ha añadido.
Por último, el portavoz del PSPV-PSOE, Jose Manuel Orengo, ha declarado que alprueba esta proposición porque “el mundo rural siempre es el más perjudicado, por ello hay que respaldarlo, y más aún si reduce los efectos de los incendios”.
