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El Perello nombra "Hijo Predilecto" al sacerdote Javier Puchol Marco tras 40 años como párroco

  • Por unanimidad del consistorio

El Ayuntamiento de El Perelló ha entregado el título de “Hijo Predilecto” al sacerdote Javier Puchol Marco, de 75 años, “en reconocimiento a su labor realizada a favor de la religión, la historia, la cultura y el bienestar de la sociedad perellonera”, según han indicado fuentes del consistorio, que aprobó el nombramiento por unanimidad.
Además, a la propuesta inicial del alcalde, José Miguel Fos Alberola se sumaron “gran cantidad de agrupaciones y vecinos del municipio, mostrando así su afecto a don Javier tras sus más de cuarenta años de labor sacerdotal en El Perelló”, han añadido las mismas fuentes.

Javier Puchol Marco, tras más cincuenta años de labor sacerdotal, celebró el pasado mes de junio sus bodas de oro sacerdotales.

Nacido en la ciudad de Sueca, en la que realizó sus estudios primarios, Puchol Marco cursó los estudios de Bachiller en las Escuelas Pías de Valencia. A sus dieciocho años ingresó en el Seminario de Moncada, donde realizó los estudios universitarios de Teología a la vez que los de Filosofía.

Recibió la ordenación sacerdotal en la parroquia San Pedro Apóstol de Sueca por el entonces arzobispo de Valencia, monseñor Marcelino Olaechea. Tras un año ayudando en la parroquia de La Punta de Valencia, fue párroco en Los Pedrones, con ocho aldeas a su cargo, además de la parroquia de San Sebastián de Requena. En septiembre de 1964 fue nombrado párroco del Perelló, en donde ha impulsado “la actual iglesia así como la construcción de las parroquias de Les Palmeretes, El Pouet y el Recatí”.

A partir de 2005, tras recuperarse de una enfermedad, fue nombrado por el Arzobispo capellán de la Residencia de las Hermanitas de Ancianos Desamparados de Sueca, donde actualmente continúa. Del mismo modo, el “querido y conocido como ‘cura de El Perelló’ nunca ha abandonado su labor en esa parroquia y sigue asistiendo y ayudando diariamente en la parroquia que lo acogió con mucho cariño durante más de cuarenta años de su vida sacerdotal”.

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