Mil personas participaron en 2008 en el INAP de Peñíscola
Durante el pasado ejercicio en el INAP de Peñíscola se desarrolló una intensa actividad formativa en la que tomaron parte alrededor de mil funcionarios, que participaron en algunos de los treinta cursos o jornadas programados sobre diversas materias, entre otras, inmersión en inglés o francés, Urbanismo, Administración electrónica y Talleres dirigidos a funcionarios jubilados.
Antonio Lorenzo ha destacado igualmente la labor de apertura de las instalaciones a las asociaciones ciudadanas y entidades sin ánimo de lucro de la localidad de Peñíscola impulsada en los últimos años por el director del Centro de Estudios de Peñíscola, Fernando Tegel. En este sentido, ha informado de que a lo largo de 2008 distintos colectivos locales realizaron 70 actos en esta sede del INAP.
El subdelegado ha manifestado que la política de apertura del centro a la sociedad “es una muestra más del impulso que el Gobierno de España ha dado a partir de 2004 a estas instalaciones, que se encontraban en una situación de abandono absoluto”. El subdelegado ha explicado que “el edificio estaba en muy mal estado, había una carencia total de inversiones, la desmotivación del personal era manifiesta, y el centro estaba inmerso en un creciente proceso de deslegitimación social, con el que se llegó, incluso, a poner en cuestión su misma existencia”. Para Lorenzo, este tipo de actuaciones son un ejemplo más de “la importancia que el actual Gobierno de España concede al desarrollo de Peñíscola y de toda la comarca del Baix Maestrat”.
Por otra parte, cabe destacar que el Ministerio de Administraciones Públicas organiza anualmente programas de vacaciones para funcionarios, adjudicadas a través de un sorteo al que pueden acceder aquellos funcionarios que previamente lo hayan solicitado. En 2008 se beneficiaron de los diferentes turnos establecidos en Semana Santa y verano 900 personas.
La sede del INAP de Peñíscola está próxima a las localidades de Vinaròs y Benicarló, rodeada por un entorno en el que se conjugan el mar y la montaña. Cuenta con una residencia para alojar a los asistentes y servicio de restauración, una circunstancia que hace posible conjugar la actividad formativa con el descanso. Sus precios son asumibles por los distintos grupos. Se trata de un centro ideal para el aprovechamiento académico y para la obtención de la siempre necesaria paz interior de los asistentes. Posee importantes zonas ajardinadas en las que los usuarios pueden descansar y pasear.