CASTELLÓN PROVINCIA | POLÍTICA

Sacañet, o cómo sobrevivir sin médico

ELPERIODIC.COM - 08/03/2022

Enclavado en la comarca del Alto Palancia, este pequeño pueblo de poco más de 30 habitantes dejó de disfrutar de médico el pasado año. “Venía en verano. Ya no viene”

Su alcalde, Miguel Gámiz, reconoce que el médico es un recurso de vida. “Hasta 2020 teníamos el servicio julio y agosto, que es cuando la población se incrementa hasta más de 200 habitantes. En 2021 ya no hubo servicio”, dice

Recortar los recursos a los pueblos del interior es un camino que en muchas ocasiones puede ser de no retorno. El caso de Sacañet es el de muchos pueblos de la provincia de Castellón que con una población mínima y unos recursos muy limitados lucha por sobrevivir.

“En Sacañet teníamos médico solo en los meses de verano. En julio y agosto venía una vez a la semana una hora. En los últimos años el periodo se reducía a agosto y en 2021, directamente, no disfrutamos del médico. Ya no viene”.

Es Miguel Gámiz, alcalde de Sacañet, quien reconoce que este recurso es básico para pueblos que “con poco más de 30 habitantes en el pueblo luchan por sobrevivir”. “Somos conscientes de las necesidades de otros municipios, pero en Sacañet también vive gente y por más que disfrutamos de una atención excelente en Bejís, tener médico es tener vida”, explica.

La pandemia ha supuesto el recorte definitivo de la prestación. Si en 2020 se prestó de forma recortada en verano, justificada en un incremento de población que en verano supera los 200 habitantes, en 2021 desapareció. Y el objetivo es que esta prestación se restituya, “porque es evidente que presta un servicio de vida a muchos vecinos, especialmente nuestros mayores, que tienen en el médico un recurso básico”.

“Sacañet merece disfrutar de médico, mis vecinos lo merecen y por eso pedimos que se restituya. Y creemos que pedir 8 horas al año de atención médica no es pedir mucho, ¿no?”. Una petición más que justificada para una localidad “que tiene mucho futuro. Sacañet tiene vida y desea seguir teniéndola, y para ello hay que apostar por facilitar recursos básicos, porque mis vecinos pagan impuestos para recibir servicios, no para perderlos”, explica. “Y son estos recursos, las oportunidades que se garantizan al territorio, las que permiten a pueblos como el mío sobrevivir y plantar cara a la amenaza de la despoblación. Perderlos supone un castigo inmerecido”.