Una transexual aspira a ser diputada para defender una nueva forma de hacer política
Trasobares (Figueres, 1962), ha desvelado que recibió invitaciones de diversos partidos para integrar las listas al Congreso, porque a su juicio se han dado cuenta de su fuerza y de que "es muy positivo que una persona que se ha hecho a sí misma desde el mundo de la marginación pueda luchar por los demás".
Esta mujer de 45 años se convirtió entonces en la primera transexual concejal en un Ayuntamiento español, y está convencida de que, "si no ahora más adelante", ocupará un escaño en el Congreso de los Diputados.
"Soy consciente de que es difícil ser ahora diputada, pero considero que pregonar un mensaje de izquierdas y un espíritu de rebeldía y de inconformismo ya es un fin por sí mismo", dice la número dos por Castellón de EU, formación que no cuenta con representación en las Cortes por esta circunscripción.
Asegura que tiene "mucho que aportar" al mundo de la política, y se pregunta "por qué no hay más representantes de colectivos marginados" en el Parlamento, el cual, en su opinión, "no refleja una realidad ni muy democrática ni muy real".
"Creo que la gente en el fondo se da cuenta de que el mundo ha cambiado mucho y de que se necesita una nueva manera de hacer política", reflexiona, y se muestra "contenta" porque considera que su mensaje ha llegado a muchos sectores sociales, y no sólo al "gueto homosexual", con el que difiere, porque "siempre hay que abrirse".
Si lograra el escaño, explica que "la base de todo es romper con la Monarquía", una entidad "que recuerda al absolutismo", y "después, la cultura" y "la lucha por la tolerancia".
Respecto a la ley que permite el matrimonio entre homosexuales y reconoce nuevos derechos a los transexuales, sentencia que "queda todo por hacer", pues "no se ha hecho nada por la inserción laboral de los transexuales, y esto es lo principal" para un colectivo donde "la discriminación sigue existiendo".
Trasobares, quien contrajo matrimonio en 2006 y se plantea adoptar un niño con Carles, sabe que es un símbolo para muchos transexuales, y ha asumido que su vida "va a ser una vida de lucha", por lo que no desistirá de ser "rebelde", a pesar de haber sufrido en su piel la marginación por ser "diferente", incluso como concejal.
Esta transexual, que dice representar a los que "no tienen nada en herencia y vienen del pueblo, de la marginación, del rechazo social y de los problemas laborales", asegura que, si fuera presidenta del Gobierno, "trabajaría por conseguir la felicidad de cada uno de los ciudadanos".
