Primeros avances del proyecto BIOES2
La Fundación Intercoop organiza su segundo taller en la zona de Els Ports
El proyecto actúa en las Comunidades de Galicia y la Comunidad Valenciana, en las que se está trabajando sobre los elementos naturales que poseen los territorios de interior y rurales.
Las áreas en estudio son Ordes y Deza en Galicia y Els Ports y Alto Palancia en la Comunidad Valenciana.
La primera parte de la jornada se ha dedicado a realizar una exposición por parte del director de la Fundación, Juan José Damiá, de los fundamentos del proyecto. “La realidad de estas áreas rurales es parecida, ambas cuentan con una agricultura muy diversificada, con zona de montaña, forestales y de interés medioambiental, apenas explotadas”, ha afirmado Damiá.
Según el Director de la Fundación, “las características y situación de estos dos territorios se pueden extrapolar a lo que ocurre en una buena parte de las zonas rurales españolas, teniendo en cuenta los diferentes modelos de gestión del territorio”.
En la segunda parte del taller, se ha realizado una breve exposición del método de valoración por parte de los profesores de la Universidad Politécnica de Valencia. Concretamente, Arturo Vicent Estruch y Jerónimo Aznar, expertos en valoración de activos ambientales del departamento de Economía y Ciencias Sociales.
Gracias a la reciente firma de un convenio entre la Fundación Intercoop y la UPV, será esta universidad la que guíe y tutele el proceso de valoración, habiendo impartido un curso específico de formación al equipo técnico de la Fundación Intercoop y Agaca.
A posteriori, se ha organizado una mesa de trabajo, implicando a personal experto de distintos sectores como el agrícola, ganadero, turístico, entre otros. Además, se ha contado con personal especializado, relacionado con otros ámbitos como la arqueología o la cultura.
Paloma Roures, técnico de la Fundación Intercoop, informó a los asistentes de los avances del proyecto BIOES2, realizados en ambas zonas.
“Ya ha comenzado el proceso de participación ciudadana, que incluye a ayuntamientos, asociaciones y agentes locales, entre otros. Dicho proceso consiste en detectar tanto los activos ambientales, que suponen un valor añadido al territorio, como las principales actividades económicas del área de estudio. Estas dos vertientes, analizadas de forma conjunta, serán las que proporcionarán el indicador económico, que permitirá, en última instancia, conocer el valor del medio rural” explicó Roures.
