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Colomer invita a todo Castelló a construir un “nuevo orden” marcado por la honestidad, el interés general y la igualdad de oportunidades

  • “El cambio se cristaliza cuando una corriente mayoritaria, que espera silenciosa, de repente interpreta que merece la pena lograrlo y este, es el momento”

“Podemos cambiar las cosas. Creo profundamente en el cambio. Necesario y urgente. Lo haremos entre todos. Lo haremos con la cabeza y con el corazón. Reivindicando y movilizando la inteligencia y las emociones de la gente”. Con estas palabras, Francesc Colomer, ha seducido esta tarde a un repleto salón de actos del Hotel Mindoro, donde una nutrida representación de la sociedad civil de toda la provincia ha seguido con absoluto interés sus propuestas de futuro y que se comprometió a llevar adelante, porque “estoy dispuesto a hacer ese camino, pero necesito que caminemos juntos en la dirección correcta, conscientes de la fuerza imparable que tenemos como sociedad. Con la cara bien alta y las manos bien limpias”. Propuestas, que pasan por “construir un “nuevo orden” marcado por la honestidad, el interés general, la igualdad de oportunidades y el imperio de la ley”, y que sólo será posible desde la “voluntad de un nuevo compromiso para cambiar y para mejorar la provincia de Castelló, desde el apoyo decidido a las ciudades, al espacio local, a la suma de las ciudades que conforman activamente un territorio inteligente”. Esa es la provincia que Colomer “imagina” y que durante casi una hora ha detallado en la conferencia que, bajo el título “El Castelló que jo veig”, ha logrado cautivar a los asistentes, entre los que se encontraban responsables de importantes empresas, como sindicatos, asociaciones, colegios profesionales, pequeños y medianos empresarios, profesionales de la sanidad, de la educación, referentes del arte y de la cultura, entre otros. La conferencia, que tenía que haberse dado en el salón de actos del Conservatorio, se ha celebrado finalmente en el Hotel Mindoro de Castelló, tras la decisión de prohibir hoy, por parte de la Conselleria, el uso de las instalaciones, a pesar de que se solicitó el pasado 3 de diciembre. Para Colomer, “la gran riqueza de Castelló no son las minas de tierra, ni las arcillas, ni las playas, ni las montañas, sino las personas, su capacidad, su talento y su creatividad, porque todas estas cosas son las que transforman la tierra en baldosa inteligente”. Bajo esta premisa, defendió la necesidad de impulsar un “orden nuevo” porque “creo en la planificación del futuro, democrática, flexible y concertada que impida la reedición del caos que ha vivido la provincia de Castelló”. “Un caos –continúa- que provocó que muchos jóvenes abandonaran los estudios, truncando sus biografías seducidos por el espejismo de un sistema que tenía fecha de caducidad”. Por eso, apuesta por “cambiar el chip para ser diferentes, para ser mejores, y lo podemos hacer reinventándonos como actores y productores de una economía diferente”. “Este es el Castelló que yo quiero ver. Un modelo integrado por la universidad, centros de investigación, parques científico-tecnológicos, capital especializado que premie las buenas ideas, las redes sociales y profesionales”. Este nuevo orden, insiste, tiene que contar con “una nueva clase creativa, fruto de una economía del conocimiento que necesita integrar las tres “T”: Tecnología, que corresponde al mundo de la empresa; Talento, que fecunda en la universidad y Tolerancia, que anida en la ciudad”.

También tuvo palabras para las pequeñas y mediadas empresas “de sectores tradicionales que han caído en picado a las que quiero dar respuesta, porque el cambio de modelo no será automático, sino que requiere de una transición mixta”. Una transición que pasa, explica, por reciclar la construcción con fórmulas como la apuesta por la rehabilitación de edificios públicos, espacios urbanos y por impulsar equipamientos y dotaciones en sanidad, educación, dependencia, todas ellas iniciativas que permitirían generar el empleo que tanto necesita Castelló y reactivar estas empresas en crisis.

Otro de los ejes de su intervención ha pasado por el “I+D territorial”, ya que “la competitividad territorial es en sí misma un activo estratégico de primer orden y para conseguirlo es necesario un liderazgo nuevo, responsable, firme y creíble”. Colomer recordó que “en un mundo globalizado, con las empresas y el talento sometidos a la deslocalización, diseñar y fortalecer territorios competitivos es un deber impostergable. Y una buena línea de hacerlo es apostando por las energías renovables, la economía verde que genera claramente puestos de trabajo, el sector agroalimentario de calidad y las experiencias que ya tenemos en el terreno del cooperativismo, el turismo, el ocio y el tiempo libre ligado al propio objetivo de la cohesión social y por el tercer sector de la economía, vinculado a los servicios sociales, la salud, el cumplimiento de la Ley de la Dependencia que también redundará en la creación de empleo femenino. Para Colomer, “tenemos que apostar por autenticidad frente a estandarización. No seremos nunca los mejores en Mcdonalds ni en otras franquicias, pero sí tendremos el mejor “Oli milenari del Clot d’en Simó”; el mejor pan de Els Ibarsos; el queso de Catí o la última creación que hemos hecho en Benicàssim, Cantallops, combinando el producto autóctono con un diseño, con el comercio y la hostelería local que ha permitido crear un vino moscatel de máxima calidad y que su venta está teniendo un éxito sobresaliente”. Utilizó una comparación similar para decir que “el gótico de Morella y “la dansa de la mort” o los mitos de “Els Templaris” del Maestrat “nos generarán más posibilidades que batman o los personajes de Disney. Nunca seremos los mejores en los productos de los otros. El turismo es una fábrica de emociones. Emociones originales y únicas que sólo se pueden vivir aquí”. Por eso, destacó la necesidad de “apostar por nuevos canales de distribución, para potenciar portales de internet como herramienta para atraer más turistas”. Y precisamente al hablar de turismo, reivindicó una vez más un Plan de Viabilidad del aeropuerto para evitar que “la única opción sea socializar indefinidamente las pérdidas”.

También recriminó que Castelló no haya conseguido nunca planificar de forma ordenada su área metropolitana hasta el punto de que ni siquiera se ha podido ejecutar la red de tranvía con Benicàssim, Almassora, Vila-real y Burriana, que tenía que estar terminada en el año 2010. Para Colomer, las conexiones son necesarias para poner en valor la complementariedad territorial y por eso lamentó que “Castelló no haya liderado nunca el área metropolitana y no ha ejercido de capitalidad. Ni un solo proyecto ilusionante que mancomune el esfuerzo coral de los municipios que circundan la capital. Una auténtica conurbación sin líneas maestras ni objetivos compartidos”. Por ello, puso sobre la mesa “un pacto político y social sobre un nuevo modelo de ordenación del territorio, con altura de miras, pensando más en las futuras generaciones y menos en las próximas elecciones”. Colomer detalló todos y cada uno de los doce planes específicos para hacer realidad esta “estrategia territorial”, que acaban toda la provincia de norte a sur y de este a oeste, y que persigue, entre otras muchas cosas, garantizar la cohesión territorial y evitar que, como hasta ahora, existan dos velocidades distintas para interior y para costa, siempre en detrimento del mundo rural”. La apuesta por los puertos pesqueros y por la investigación biomarina para desarrollar especies autóctonas son otras de las propuestas que puso sobre la mesa, además del anuncio de la creación de un Centro de Investigación de la Dieta Mediterránea, “como punto de encuentro de las ideas, hostelería, gastrónomos, cultura culinaria, formación profesional e industria turística”.

Por otra parte, Colomer se mostró partidario de apostar por los servicios públicos como puerta de la igualdad entre las personas y el territorio y en este sentido, mostró su preocupación por las cifras y los indicadores sobre la sanidad y otros servicios públicos esenciales. En Castelló faltan 600 camas hospitalarias para estar en la media estatal y más de 4.000 personas dependientes están esperando la ayuda de la administración. Por este motivo, se ha comprometido a impulsar el Observatorio de la dependencia con la participación directa y crítica de la sociedad civil, para garantizar el cumplimiento de la ley, que intercepte las trabas, que denuncie los retrasos y que preste asistencia y asesoramiento jurídico a los afectados”. Otro de los compromisos anunciados por Colomer pasa por garantizar objetivamente “la estabilidad financiera a todas las entidades que se dediquen a gestionar el ámbito de la salud mental, para que ya no tengan que rondar el poder, y no tengan que someterse al criterio discrecional de la administración”.

La educación es otra de las prioridades para Colomer, y en este ámbito se mostró “especialmente orgulloso de las inversiones y del esfuerzo que en esta legislatura hemos hecho en Benicàssim en nuevas tecnologías” y se mostró partidario de “exportar estas políticas a toda la provincia”. Ha recordado además que diseñaron una alianza estratégica con la UJI de renovación pedagógica; implantación de wifi en los centros educativos y en diez plazas públicas y playas del término municipal. También ha destacado la puesta en funcionamiento de dos escuelas infantiles de 0-3 años gratuitas, públicas y de calidad contrastada, “que suponen para una familia un ahorro anual de 3.000 euros”.

La ética, la justicia, la honestidad y la igualdad de oportunidades son conceptos que ha repetido a lo largo de su intervención y aplicados en todos los ámbitos. Por este motivo, ha lanzado un claro mensaje “a las empresas, a la gente con ideas, con iniciativa, con ganas de invertir: no encontrarán selección alguna diferente al valor del mérito”, como contrapunto a las políticas que se han llevado a cabo hasta ahora basadas en el favoritismo. El compromiso del cambio impulsado por Colomer es claro: “Castelló será una tierra de oportunidades sin trampas, en un mundo global las reglas del juego previsibles y seguras son un activo de reputación”. Y precisamente al hablar de ética y honestidad, Colomer apostó por “reinventar la diputación provincial, para que sea más sociedad y menos estructura pesada de poder; más ciudadanía y menos pseudoestado”. En este punto, adelantó tres de las primeras diez medidas que impulsará y que pasan por convocar la primera conferencia de alcaldes, para identificar las necesidades y formular las prioridades que deben orientar la política de la nueva corporación; impulsar un plan estratégico para toda la legislatura, para generar un horizonte de estabilidad inédito porque los ayuntamientos formularán las bases, con lo que se acabará con el clientelismo y la arbitrariedad en las decisiones y, por último, se eliminarán los organismos innecesarios, ya que “es el momento de erradicar duplicidades, cuestionar y examinar el sentido y la utilidad de aquellos organismos, empresas, fundaciones o patronatos que van más allá de los necesario”.

 

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