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La mayoría de inmigrantes no regresará de momento a Rumanía pese a la oferta de empleo

    Más de quinientos inmigrantes rumanos han visitado hoy el recinto de La Pérgola de Castellón para recibir información de las ofertas de trabajo que existen en su país de origen, aunque la mayoría ha asegurado que, de momento, no regresará a Rumanía ya que las condiciones laborales siguen siendo "deficientes".

    Las autoridades rumanas han organizado esa bolsa de empleos en Castellón para atraer a emigrantes rumanos que trabajan en España y quieran volver, una medida destinada a solucionar el problema de falta de mano de obra que afecta al país balcánico.

    Durante hoy y mañana se ofertan en Castellón cerca de 10.500 puestos de trabajo, en su mayoría vacantes para el sector de la construcción y con salarios que oscilan entre 500 y 1.000 euros mensuales para los empleos más cualificados.

    Además, los rumanos residentes en España han recibido información sobre las tendencias de evolución del mercado del trabajo, las oportunidades para abrir un negocio, y las ayudas gubernamentales y europeas para su financiación, e incluso las prestaciones sociales que ofrece ahora su país.

    Pese a que la afluencia de público ha sido masiva, las ofertas laborales no han convencido a los rumanos afincados en la provincia de Castellón, ya que creen que los salarios ofrecidos no se ajustan a la realidad y consideran que su nivel de vida en Rumanía sería inferior al alcanzado en España.

    "Aquí nos hablan de salarios, pero hace falta ver por escrito los contratos y comprobar que el trabajo es continuado, porque en Rumanía en la construcción sólo se trabaja en verano", se ha quejado Petre, de 39 años y afincado en Gandía desde hace diez.

    "Tengo aquí una hipoteca, estoy trabajando con un buen sueldo y conozco a mucha gente que en mi país está trabajando por trescientos euros al mes pagando lo mismo que yo por los alimentos y los productos básicos", ha asegurado el presidente de la asociación rumana de Benlloch, Toaber Cuciureanu, quien trabaja en una fábrica de esmaltes cerámicos pero cuida también a un anciano.

    La presidenta de la Asociación de Inmigrantes de los Países del Este de Castellón, Angela Plancsintar, ha reconocido que sólo regresarán a Rumanía aquellos que no tengan aquí "absolutamente nada" o los que programaron emigrar para acumular dinero y después volver a Rumanía con ahorros suficientes para comprar allí una casa o montar un negocio.

    "La mayoría de ellos desea el verde de Rumanía, pero de momento sabe que no es estable económicamente", ha contado Plancsintar, que a su vez ha asegurado que la crisis económica por la que atraviesa España está repercutiendo en las familias rumanas afincadas en Castellón, por lo que "quizás dentro de unos meses sean más los ciudadanos dispuestos a regresar".

    Es el caso de una joven pareja rumana que hoy ha aprovechado la iniciativa para rellenar los formularios que el gobierno rumano ha puesto a disposición de los compatriotas decididos a volver.

    "Yo no tengo trabajo, llevo aquí dos años y medio, y mi marido ha perdido su empleo en la construcción", ha manifestado la joven, que asegura que le encantaría encontrar un trabajo "normal" en Dambovita, la región que abandonó en busca una mejor vida en Castellón que todavía no ha encontrado.

    Berta, una de las trabajadoras de la Asociación Rumana de Castellón que ha acudido al encuentro para recabar información y ofrecerla después a sus compatriotas, ha asegurado que la mayoría de ellos están indecisos porque se enfrentan a una toma de decisión que "no se puede tomar a la ligera".

    "El éxito o el fracaso de la iniciativa se verá dentro de unos meses, cuando la gente tenga la información y decida si merece la pena volver", ha dicho y ha puesto como ejemplo que si alguien le ofrece un trabajo "maravilloso como economista en mi país con un sueldo de 2.000 euros, le tendría que contestar: Tengo hijos, tengo trabajo y tengo un piso. Déjame pensarlo".

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