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La dinamización de los sectores tradicionales necesita de coordinación y planificación estratègica a largo plazo

    Una visión estratégica y a largo plazo es una de las claves para la evolución de los sectores tradicionales, según se desprende de las conclusiones de las jornadas dedicadas a estos sectores dentro del Congreso Castelló 2020. Esta planificación estratégica de carácter global y con grandes dosis de coordinación permitiría un desarrollo óptimo y, a la vez, convertir al sector tradicional en un importante activo para la provincia de Castellón.

    La mesa redonda moderada por Fernando Vilar, técnico superior de Comunicación y Publicaciones de la UJI; ha estado integrada por Mónica Hurtado, doctora Ingeniera Agrónoma por la Universidad Politécnica de Valencia; Iván Barreda, doctor del Departamento de Economía de la UJI; Fernando Monzó, jefe de Área de Desarrollo Empresarial de la Cámara de Comercio y Teresa Gallego Navarro, vicedirectora del Grado en Ingeniería de Edificación de la UJI.

    Entre otras conclusiones ha destacado la existencia de una mayor necesidad de crear y consolidar marcas de productos antes de iniciarse con una marca ciudad para cada uno de los sectores tradicionales presentes en el congreso. Y una vez esas marcas producto ya estén creadas, sí que se podría plantear la posibilidad de asociarlas a la ciudad, obteniendo así una proyección de la marca producto vinculada a los valores y atributos que caracterizan a Castellón.

    Otro tema planteado ha sido la proyección estratégica de Valencia como eje cultural, social y económico; la conclusión es que esa situación es un foco de oportunidades para Castellón, pudiendo extraer sinergias siempre y cuando se sepa aprovechar, complementarse con Valencia y con una buena organización.

    Por último se han señalado seis aspectos a modo de posibles soluciones que deben de tener en cuenta cada uno de los sectores. En primer lugar, la necesidad de mejoras en el transporte y la comunicación; a este le sigue la lucha de las pequeñas y medianas empresas por defender la competitividad frente a las grandes cadenas industriales; la tercera trata sobre la obligada presencia en Internet para consolidarse; la cuarta, una incipiente necesidad para redefinir modelos de negocio ante el nuevo mercado; la quinta es producir lo que se vende y no vender lo que se produce dado que nos encontramos ante un consumidor que sabe lo que quiere y lo demanda; y por último, una mayor gestión del conocimiento.

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