El crítico gastronómico Lluís Ruiz afirma que en España ha finalizado la “burbuja gastronómica”
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17/07/2009
La crisis económica ha pinchado la burbuja gastronómica que ha existido los últimos años en España en donde había más restaurantes de 100 euros el cubierto que gente que los consumiera. Así lo ha señalado el crítico gastronómico de la Guía Gourmet y del Periódico de Informaciones de Alicante Lluís Ruiz Soler en el curso de verano “Verduras del mar, verduras de la huerta” organizado por Universitat Jaume I.
El crítico gastronómico ha apuntado que “tiene que haber sólo la cantidad de restaurantes de lujo necesarios” y que “se había perdido de vista que el restaurante es parte de la cultura y socialización de la clase media”. Ruiz Soler ha destacado que “el valor gastronómico de un producto es independiente de su valor económico” y que “con la incorporación de las verduras en la gastronomía contemporánea se ha producido una revolución del sabor”.
Durante la conferencia “Las verduras del mar y de la huerta” Ruiz Soler ha explicado que la incorporación de las verduras a la gastronomía vino con la Nouvelle Cuisine a partir de los años 70, ya que este movimiento se dio en una época de cambio de mentalidad “en la cual los cocineros empiezan a revalorizar los productos más sencillos y humildes e incorporan las verduras que habían sido productos ‘de pobres’ en la cocina clásica”. En este sentido, el crítico ha destacado que ha sido muy importante “la reivindicación de las verduras como producto con tanta categoría y dignidad como cualquier otro”.
Ruiz Soler ha apuntado que otro de los factores que han propiciado el uso de las verduras en la gastronomía ha sido la globalización “que permite disponer, por ejemplo, de berenjenas o alcachofas todo el año porque se traen de otras partes del mundo”. Según el crítico gastronómico “la preocupación dietética también ha jugado a favor de la incorporación de las verduras” aunque ha destacado que el objeto de la gastronomía “no es lo saludable sino la alimentación desde un punto de vista cultural pero la opinión pública es sensible a los aspectos saludables de la nutrición y los cocineros se hacen eco de eso”.
Ruiz Soler ha destacado que “lo que importa en un plato es el placer que puede proporcionar no sólo en el sabor sino también a nivel estético y artístico” y en este sentido ha considerado que “las verduras abren un campo infinito en cuanto a color, forma y textura”.
El crítico gastronómico ha apuntado que “tiene que haber sólo la cantidad de restaurantes de lujo necesarios” y que “se había perdido de vista que el restaurante es parte de la cultura y socialización de la clase media”. Ruiz Soler ha destacado que “el valor gastronómico de un producto es independiente de su valor económico” y que “con la incorporación de las verduras en la gastronomía contemporánea se ha producido una revolución del sabor”.
Durante la conferencia “Las verduras del mar y de la huerta” Ruiz Soler ha explicado que la incorporación de las verduras a la gastronomía vino con la Nouvelle Cuisine a partir de los años 70, ya que este movimiento se dio en una época de cambio de mentalidad “en la cual los cocineros empiezan a revalorizar los productos más sencillos y humildes e incorporan las verduras que habían sido productos ‘de pobres’ en la cocina clásica”. En este sentido, el crítico ha destacado que ha sido muy importante “la reivindicación de las verduras como producto con tanta categoría y dignidad como cualquier otro”.
Ruiz Soler ha apuntado que otro de los factores que han propiciado el uso de las verduras en la gastronomía ha sido la globalización “que permite disponer, por ejemplo, de berenjenas o alcachofas todo el año porque se traen de otras partes del mundo”. Según el crítico gastronómico “la preocupación dietética también ha jugado a favor de la incorporación de las verduras” aunque ha destacado que el objeto de la gastronomía “no es lo saludable sino la alimentación desde un punto de vista cultural pero la opinión pública es sensible a los aspectos saludables de la nutrición y los cocineros se hacen eco de eso”.
Ruiz Soler ha destacado que “lo que importa en un plato es el placer que puede proporcionar no sólo en el sabor sino también a nivel estético y artístico” y en este sentido ha considerado que “las verduras abren un campo infinito en cuanto a color, forma y textura”.
