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Por Santiago Ríos
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1943. Burriana en fallas

    Lamentablemente, confusas siguen siendo las noticias y escasos los documentos que han quedado del año 1943. Parcos eran los recursos económicos, aunque se imponían  los criterios de organización y oficialización de los festejos falleros. El Magnífico Ayuntamiento, junto con otras asociaciones locales, comenzaban a unir sus fuerzas en pro de un mayor esplendor festivo.

    El periódico Mediterráneo, en su página 5 del miércoles 24 de Marzo, publica la única crónica fallera del ejercicio 1943.

    BURRIANA.- LOS FESTEJOS DE LAS FALLAS.- OBSEQUIO PARA LOS NIÑOS DE AUXILIO SOCIAL.- PARTIDO DE FÚTBOL.-  Con extraordinaria animación y jolgorio, transcurrieron los festejos “falleros” en Burriana.
    El día de San José por la mañana se celebró la carrera ciclista Segundo Gran Premio Burriana, de la que damos cuenta en otra sección.


     
    Por la tarde, en el campo de los Salesianos tuvo lugar el campeonato local de Tiro de Pichón a caja, que estuvo organizado por la Sociedad de Cazadores.
    Tomaron parte 20 escopetas, siendo la poule a ocho palomos y la distancia a 20 metros.
    Se clasificaron como sigue: Manuel Ferrada (hijo), con 7. Bautista Ripollés, con 6. Ramón Ripollés, con 6. Feliu Urios, con 6.
    El desempate se efectuó a “carambolas”, siendo muy interesante. Numeroso gentío presenció este Campeonato.
    Se plantaron tres fallas y la Comisión del Ayuntamiento otorgó el primer premio de 700 pesetas a la falla de la “Vila” y el segundo de 500 pesetas fue adjudicado a la falla de la Merced.
    El “Llibret esplicasió” de esta segunda falla obtuvo el primer premio, atribuido al poeta de costumbres locales, Batistet.
    Burriana por la noche se echó a la calle para presenciar la “crema” de las fallas y a la una eran ya montón de cenizas las fallas del presente año.
    -El Alcalde y señora, el día de San José, tuvieron un recuerdo con los niños que asisten a los Comedores de Auxilio Social, a quienes dicho día se les sirvió extraordinaria paella valenciana y para postres dulces.
    Las falleras, vistiendo el típico traje valenciano, estuvieron en Auxilio Social, obsequiando también a los niños.
    -Ayer, en el campo de deportes de los Salesianos, hubo partido de fútbol entre el Nules F.C. y el Deportivo COF. El resultado fue favorable al COF. Por dos tantos a uno.-  D.-22-3-43.


    Debo aclarar que el tal Batistet, no era otro que D. Juan Bautista Tejedo Beltrán, conocido como Batistet el Bessó y que el alcalde era D. Bautista Vernia García que había sustituido en fecha 16 de marzo a D. Juan Feliu Urios, alcalde anterior desde el 5 de Julio de 1938, con lo cual sería su actuación, la más larga desde que se instituyó la alcaldía de Burriana, 4 años, 8 meses y 11 días.

    Posteriormente, con fecha 23 de septiembre, D. Bautista Vernia, cedería su puesto a D. José Sanz Torrent que lo ostentaría hasta el 21 de Enero de 1944.

    Si escasos eran los medios económicos de los que disponían las comisiones, no lo era tanto el ingenio y la gracia fallera. Las dos instituciones que habían renacido en el año 1941, decidieron unir sus fuerzas en pro de la fiesta y de la necesidad imperiosa de recaudar fondos, con los cuales se costearían los gastos de sus ejercicios falleros.

    Queda el documento escrito de un folleto de mano, salido de los talleres de la imprenta de Don José Chordá, donde se da cumplida cuenta de la velada celebrada la noche del 15 de marzo, en el desaparecido Teatro Casares (Teatro Principal). Era el encabezamiento: VELADA SEMI-HUMORÍSTICA ORGANIZADA POR LOS FALLEROS DE LA VILA Y MERCED.

    Desconozco el resultado económico del espectáculo, aunque a la postre es lo que menos nos interesa. Lo verdaderamente importante del evento, era la simbiosis cultural que allí se había producido entre la música, el teatro, la literatura y la falla. Manifestaciones espontáneas de un colectivo de hombres y mujeres, con inquietudes más allá de la simple diversión, el bullicio y el aroma inconfundible a pólvora quemada.

    LA FALLA DE LA MERCED

    Junto al ex-convento, en la plaza del Maestro Selma, fiel a su cita anual, la voluntariosa comisión de la Merced, planta su monumental falla. Sobre un pedestal de 2’50 metros, una sola figura humana sentada sobre un recio sillón castellano, representaba al comerciante naranjero. En su mano izquierda sostiene una especie de sartén, “es qui te el mànec de la paella”, dando significado a los versos que se podían leer en los laterales, de uno de los cuales, rescato a través de la fotografía, la gastronómica cuarteta:
               
    Admiren la queredilla
    que tant falta en nostre almari,
    queredilla que en tortilla,
    es d’un gust extraordinari.


    Lógicamente Don Juan Bautista Tejedo, autor de los versos y del Llibret que lamento no haber podido conseguir, recurre a un tema de gran actualidad, “la fam” y con su mofa costumbrista, consigue del lector una suave secreción de jugos gástricos, recordándole tan popular y sabroso manjar.

    En la esquina, otro significativo rótulo, esta vez en lengua castellana y letras mayúsculas: SE VENDEN SOLARES. Cruel y despiadada crítica a la situación en que habían quedado algunas de las casas céntricas, tras la guerra civil y que por falta de recursos no habían podido ser reconstruidas.

    Además de la fotografía de la falla, nos han  quedado otras instantáneas de las falleras que aunque no de modo “oficial”, como diría el cronista, “endulzaron las fiestas, con sus trajes regionales, belleza y juventud”. Lo fueron durante este ejercicio, Lolita Llopis Cabedo, Vicenta Calbet Tellols, Josefina Ferrer Ramos, Mara Navarro Reig y Felín Blanch Vernía. Esta última ejerció de Reina de la falla.

    Sé que las peinetas de Lolita, Vicenta y Fina, eran de latón y fueron confeccionadas por Vicente Jarques “El llandero”, ex profeso para la ocasión. Las de Mara y Felín eran cinceladas y pertenecían a un anterior traje de fallera.

    El traje de la Reina estaba confeccionado con una tela del siglo XIX, tejida a mano y las manteletas eran de tul. El traje de Mara se realizó con telas antiguas que habían pertenecido a su abuela. Los de Fina y Lolita, con la tela de unas cortinas y el de Vicenta con tela de la llamada “de mostrador”, siendo las manteletas de organza bordada a mano.

    Este año, la falla de la Merced, hizo un homenaje al Club Ortega, lo que supuso una celebrada visita a sus locales, sitos en la Carrera, número 2, en el primer piso, llevando como presente una “tortà d’armela”, hecha en el “forn del carrer la Tanda”. El horno era propiedad de D. Salvador Soriano Ventura, siendo su esposa Dª Dolores Amiguet Chiva, la que se encargaba de la elaboración de los dulces. La receta que utilizaba era la de “onça per ou”, es decir, por cada huevo hay que añadir una onza de azúcar, más una onza de almendra rayada y dos cucharadas de harina de trigo por cada docena de huevos. Una onza corresponde a 30 gramos y una libra son 12 onzas. Para “carar” la “tortà”  es necesario una onza de azúcar por yema de huevo, más una “quiquereta” de agua. Tan autóctona medida, es el recipiente cerámico que se utilizaba para colocar los huevos pasados por agua. Por último con las claras sobrantes, se hacía el merengue que en forma de picos recubría el perímetro inferior y superior, de la elaborada “tortà”.

    La receta original era de la “sucreria de Bossa”, del señor Tarancón, la de los famosos caramelos de “Mossén Batiste” que estaba situada en la calle Mayor esquina a la de San Agustín y que a través de Francisca Calpe Sales, pasó a la familia Soriano-Amiguet.

    En un próximo artículo, les contaré lo relacionado con las otras dos fallas plantadas este mismo año: La falla La Vila y la falla Sociedad de Cazadores.

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