Todo es relativo pero, al final, debe mandar el sentido común

Ante cualquier problema que se nos presente, es muy conveniente dejar actuar al sentido común, como en el tema de la Urbanización Golf Sant Gregori, buscando los mejores acuerdos y huir de los extremismos, que solo nos pueden llevar a un círculo vicioso de dudoso final.

A la vista de los muy reciente problemática sobre  la decisión a tomar por los poderes judiciales ante el varapalo que Europa ha infligido a las sentencias sobre el Procés Catalán, así como de la absoluta disparidad de criterios que se observa en las opiniones tanto de expertos catedráticos como en los diferentes medios de comunicación, me ha venido al pensamiento  la similitud con un tema  muy importante para Burriana, también muy recurrente, como es  la Urbanización Golf Sant Gregori.

Así como las posturas de la Fiscalía, Abogacia del Estado, Tribunal Supremo o Tribunal de Justicia Europeo, son muy dispares en cuanto a los contenidos y consecuencias del litigio contra quienes pretenden por la fuerza de los hechos la independencia de Cataluña, también han sido bastante dispares las propuestas para proceder a la reposición del agente urbanizador en el PAI Golf Sant Gregori.

Mientras unos, los funcionarios municipales, han defendido hasta la cabezonería irredenta, que la única solución a los problemas es que se llegue finalmente a un pleito con la urbanizadora, otros, como los informes de abogados externos que hace ya casi 10 años ayudaron a la aprobación de la muy complicada reparcelación de los terrenos, defienden que antes de llegar a una disputa en sede judicial, de consecuencias posiblemente muy graves para todas las partes, lo mejor es propiciar un acuerdo entre todos los agentes intervinientes en el proceso.

Así, fruto de unas farragosas negociaciones, se aprobó a principios de año, por el Pleno del Ayuntamiento de Burriana, un acuerdo  técnicamente llamado “transaccional”, que pone de acuerdo al propio Ayuntamiento, al Urbanizador y a la prácticamente  totalidad de los propietarios, representados por el Asociación a Favor del Golf Sant Gregori.

Con el cumplimiento de los contenidos de este acuerdo, en el Pleno del 9 de mayo pasado, se restituyó definitivamente la condición de urbanizador a la empresa Urbanización Golf Sant Gregori, de la que se le  privó de forma provisional  mediante las decisiones tomadas en el Pleno de 11 de marzo de 2016.

Gracias a todo ello, ya se han podido iniciar las obras menores de desbroce y derribo de casetas en el sector y, en unos tres meses, se procederá a la adjudicación definitiva de las mismas por valor de más de 80.000.000€, lo que supondrá al final del proceso situar a Burriana en un lugar destacado  del turismo residencial en la provincia.

Todo esto ha sido posible por la decisión municipal de buscar antes acuerdos  que pleitos, siguiendo no solo los informes de expertos sino, lo más importante, el sentido común. No hubiese sido del no siempre común sentido común que, pudiendo haber solución, se llevara irremediablemente  al Ayuntamiento a un pleito de muy dudosa resolución a su favor, toda vez su actuación no ha sido ni la más transparente ni la más eficaz en estos casi 20 años, añadido a que existen informes en el Ayuntamiento de todos los tipos, a favor y en contra tanto de la retirada de la condición de agente urbanizador, como de su restitución.

Aprovechando  el muy reciente mensaje navideño del  Rey Felipe VI, desde estas humildes líneas, me sumo también a su propuesta de que la capacidad de diálogo y de consenso son los atributos fundamentales que deben de destacar ante cualquier problemática y, así como en Burriana se ha podido desbloquear un tema que se alarga desde el año 2000, se pueda también con el encaje de Cataluña en el Estado Español.

Es lo que creo que le gustaría a una gran mayoría de españoles aunque tengo muy serias dudas, ya que si Sant Gregori era un tema muy complicado, el de Cataluña lo es infinitamente más.

Felices fiestas a todos y que el diálogo y el consenso, como parte del sentido común, formen parte de nuestra actuación  frente a los problemas a los que nos enfrentemos ante el próximo curso político.  Y que sea así durante todo el año, no solo en Navidad.