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Por Miguel Ángel Bodí
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Necesitan mejorar

    Después de varios meses sin aportar escritos a este blog, no por falta de temas que tratar sino por prescripción propia, puede ser el momento de recapitular en algunos asuntos ya tratados que necesita resolver  perentoriamente nuestra ciudad y que siguen estancados.

    Hace ya más de dos años, en diciembre de 2019, bajo el título “HAY QUE SER MÁS EFECTIVOS EN LA GESTIÓN MUNICIPAL”, se trataron tres temas que, a pesar de no ser importantes por sí, su consecución podría definir muy claramente la capacidad de gestión de nuestros gobernantes, por entonces en los inicios de una segunda legislatura en que los ciudadanos les habíamos  otorgado otra vez la confianza del gobierno municipal.

    Estos temas eran la pasarela del Clot, la torre eléctrica en la Avenida Argila y la apertura del Museo de la Naranja.

    Desgraciadamente, estando casi a finales de la legislatura, ninguno de estas gestiones se ha resuelto completamente aunque, a algunas de ellas, parece que no le falte mucho.

    Sobre la Pasarela del Clot, dicen ahora que se está preparando el proyecto,  después de una larga tramitación de casi dos años de los permisos ante el Ministerio de Medio Ambiente  y la Confederación Hidrográfica del  Júcar. No es fácil entender esta demora tan grande cuando en ambas instituciones gobierna el mismo partido, por lo que debería de ser mucho ágil su obtención. Y tampoco es fácil de entender que, conociendo que  la obtención de los permisos es solo un trámite necesario, no se haya contratado mucho antes el proyecto, con lo que se hubiese ganado mucho tiempo.

     Esperemos que, una vez el proyecto realizado, las obras se contraten con premura y podamos tener antes de acabar la legislatura el tan ansiado paso fijo entre las orillas del Clot, tan importante para todos, pero mucho más para los propietarios de las viviendas de Les Terrasses. La última noticia oficial que se tiene es que antes de terminar el verano, las obras estarán terminadas. Muy optimista parece el anuncio, pero ojalá sea así.

    Sobre la torre eléctrica de la avenida Argila, en pie desde el año 2011 en medio de la avenida, poco se había avanzado hasta ahora y la única acción a resaltar en todo este tiempo ha sido hace unos meses la señalización horizontal de los carriles mostrando un estrechamiento a su paso, para favorecer un poco más la visión de la torre y evitar los habituales accidentes de vehículos.

    También en este caso, las noticias oficiales indican que no se  tardará mucho en iniciar las obras y, de hecho, ya están actualmente en marcha,  a pesar de que, por lo publicado en la prensa,  el concejal  competente mostró su sorpresa cuando conoció que Iberdrola había pedido la licencia el pasado mes de febrero para eliminar la torre.

    La reapertura del Museo de la Naranja es quizás la gestión más importante de todas y la que antes tendría que haberse resuelto, puesto que este museo es único en España y supone un elemento diferencial para la estrategia turística de nuestra ciudad.

    Poco se sabe de cuándo será posible su reapertura, tan solo las promesas recurrentes del concejal correspondiente que año tras año manifiesta públicamente que el próximo será el definitivo. Últimamente el objetivo temporal  se ha reducido,  y ahora, cuando la oposición  pregunta en los plenos,  la promesa no es ya para el año próximo, sino para el próximo mes. Veremos.

    A estas tres necesidades de la ciudad, se une últimamente la de la reparación de la cubierta del Campanar, con un deterioro muy importante desde el año 2009  y que inexplicablemente sigue sin solucionarse. No creo que a estas alturas valga la excusa de que pertenece a la Iglesia y que depende de los permisos del Obispado. Puede valer para unos meses, pero no para los ya 13 años (13, ni más ni menos) en que se detectó el problema, que solo tiene un presupuesto de unos 60.000€ y que incluso ha impedido que se pueda utilizar debidamente  en su 75 aniversario, celebrado este último año.

    Las últimas novedades anunciadas son que se está negociando para que se ceda al municipio, ya que está adscrito a la Iglesia desde el año 1978, aunque parece que las conversaciones no van por buen camino. Quizás este proceso se tendría que haber iniciado mucho antes y, quizás también, ya que lo más importante es que los ciudadanos puedan disfrutar de su uso, las obras deberían empezar cuanto antes por parte del Ayuntamiento. Después ya se negociará sobre la propiedad,  lo que es más bien un tema secundario cuando la cubierta podría colapsar en cualquier momento produciendo  unos daños importantes al monumento.

    Si los pocos resultados conseguidos con estas  gestiones, por cierto bastante más sencillas de resolver que otras pendientes también desde hace mucho tiempo, como por ejemplo la remodelación del Plá, el Museo Cardenal Tarancón, el desarrollo del Arenal y de la Avenida Mediterráneo anexa, o la problemática del PAI de Sant Gregori,  definen la capacidad de gestión de nuestros gobernantes actuales, solo podemos aventurar que necesitan  mejorar.

    Todavía se está a tiempo, posiblemente el equipo de gobierno debería dedicar muchos más recursos a los muchos temas singulares que tanta falta nos hacen y que, además, están reflejados en su programa electoral. Así se podría salir de la zona de confort en que se encuentra al dedicarse sobre todo a las gestiones del día a día que, por cierto, también presentan bastantes carencias. Es este el caso de la limpieza de las calles, el estado deficiente de muchas de ellas, la falta de iluminación o la recogida de residuos, por no ser mucho más exhaustivo.

    Esperemos pues que se pongan en acción y que  la nota que se merecen  pueda cambiar bien pronto de “necesitan mejorar” a  “progresan adecuadamente”.

    Mucho ánimo en el empeño.

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