El ayuntamiento, miope y homeopático, puede hacer mucho más

Afortunadamente,  estamos viviendo unas semanas en la que parece que ya ha pasado el pico de contagiados de la tercera ola de la pandemia, que había colapsado nuestros hospitales  y situado a la Comunitat Valenciana como el principal foco de la crisis sanitaria.

Será una muy buena noticia que esta mejoría de los datos se prolongue en el tiempo, gracias  a las medidas ya adoptadas y a los beneficiosos efectos de las vacunas ya en camino, con lo que se podría estar pronto en condiciones de dejar atrás este triste episodio de nuestras vidas.

Aunque esto sea así, lo que no parece que vaya a pasar tan rápido es la crisis social y económica, consecuencia añadida de la paralización o cierre de muchas empresas, disminución drástica del consumo, aumento del desempleo, problemas de familias para llegar a fin de mes y otros muchos efectos que ya estamos viviendo en toda su crudeza.

Para combatir la crisis económica, las instituciones se han volcado en dar un abanico de ayudas, préstamos o incentivos muy cuantiosos, en algunos casos incluso por encima de sus posibilidades: Fondos Europeos, préstamos a empresas avalados por el ICO, ayudas en los ERTES, ayudas directas a familias y autónomos,… en fin, una  batería muy importante de medidas, todas ellas aprobadas con los principios  de dejar de lado la política de recortes que tanto daño hizo a las familias y empresas en la anterior crisis y aplicando una mirada de largo alcance  para apoyar la salida de la actual. Ahora, al contrario que hace 10 años, todo el mundo económico tiene asumido que lo más importante no son los recortes o la reducción  del endeudamiento, sino poner todo lo que se tiene, o incluso lo que todavía no se tiene, para  salvar a las personas, familias y empresas.

Las instituciones que, por  su proximidad  son más conscientes de estos problemas, son los Ayuntamientos. Desde el pasado mes de marzo, muchos de ellos, algunos muy cercanos, (como se ha constatado en anteriores escritos en este blog), se han ido mostrando muy activos en el apoyo a los sectores más perjudicados por la crisis, aportando el máximo de los recursos que pide la situación  y con una visión de largo alcance con el fin de  reactivar sus economías, incluso buscando un consenso entre  gobierno y oposición, asumiendo certeramente  que la salida ha de ser cosa de todos.

Pero no en todas partes es así. De hecho, en el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Burriana,  parece que la crisis no vaya con él, mostrándose miope y homeopático, ya que ni plantea su mirada en el largo recorrido ni se implica de lleno con todos sus recursos.

Es miope porque, instalado en su atalaya consistorial,  no parece ver los problemas de la calle, cada vez más acuciantes y muestra muy poca empatía con los sectores más perjudicados, además de no tener  un plan de reactivación económica de la ciudad ni  intención de  prepararlo  de forma conjunta con el tejido económico y social afectado, lo que sería muy conveniente, como le pide encarecidamente hasta la oposición política, mostrándose esquivo.

Y es homeopático, como sinónimo de exiguo y minúsculo, porque  solo reacciona adoptando   medidas de muy escaso recorrido. Claro ejemplo de  ello son las ayudas directas para los autónomos aprobadas en mayo por un total de 400.000€, de los que solo se gastaron 30.000€ y no quisieron volver  a licitar para que llegaran a más afectados, prefirieron reducir deuda con el sobrante.  O las ayudas al comercio de proximidad, que solo llegaron en cuentagotas para la promoción comercial, de las que se han dejado por gastar a fin de año más de 270.000€ de lo previsto inicialmente. O la no corrección de la subida del IBI del 5%, aprobada con anterioridad al inicio de la crisis, que ahora no viene a cuento para nada y habría que haber retrotraído visto el panorama.  

Ante la permanencia de la crisis en  todos los niveles,  todas las instituciones siguen dando su máximo apoyo para poder remontar sus efectos. En estos últimos días se está anunciando la próxima aprobación de un nuevo paquete de ayudas que el Gobierno de la Nación está preparando con la ayuda de Europa.  Y con ello  se pide muy directamente  también el apoyo de los Ayuntamientos, ya que, como ha dicho literalmente  la ministra de Economía, Nadia Calviño, “son los mejores situados para saber las consecuencias de las restricciones en la actividad económica  y tienen una gran  capacidad de discernir sobre las ayudas directas monetarias que se le pueden dar a los sectores más castigados”.

Todos los Ayuntamientos tienen todavía un gran trabajo por delante para favorecer la salida de la crisis, como muchos ya han venido realizando desde hace casi un año. Los otros, que los hay, como el nuestro, que solo han sabido jugar un papel de actor secundario, tienen  ahora una nueva oportunidad para cambiar de papel y demostrar que les han elegido para solucionar los problemas de la ciudad y de sus ciudadanos con una visión de largo alcance, con una gran ambición por el futuro y no solo para gestionar el día a día, que para eso ya están los funcionarios municipales.

Conociendo que el Ayuntamiento de Burriana presenta una envidiable situación económica, puede ser el momento de posicionarse como actor principal para la mejora de la economía de la ciudad.  No es la primera vez que desde estas líneas se pide esto mismo,  pero si era evidente ya hace unos meses, es ahora imprescindible. El equipo de  gobierno no solo se debe ocupar en  complementar las ayudas de otras instituciones, como con las oportunas ayudas a la hostelería del Plan Resistir de la Generalitat, que en Burriana suponen un total de casi 1.000.000€, de los que  nuestro municipio aporta un 15%, sino que ha de ir mucho más allá.  Existen, además, otros muchos sectores perjudicados no solo por los cierres gubernamentales sino también por la reducción drástica de las ventas, a los que  se debería de ayudar mediante nuevas ayudas directas o indirectas mediante rebaja de tasas e impuestos.

No hay que dejar de lado que en  Burriana se tienen muchos más recursos que se pueden utilizar, ya que de los 3.500.000€ de los remanentes del año pasado solo se destinaron un escaso 40%  a combatir los efectos de la crisis  y, este año 2021, con una previsión parecida de remanentes totales, lo oportuno sería incrementar en gran medida este porcentaje.

Hay que estar en estos momentos al lado de quien lo necesita, hay que dejar de ser miopes y homeopáticos, hay que tener  la visión de futuro que toda población requiere y se ha de aplicar  de verdad el esfuerzo de todos y los abundantes recursos  de que se dispone  a una  reactivación económica de una ciudad que lo está pidiendo a gritos.

Mucho ánimo en el empeño.