COP 27: Promesas de Dádivas mediante fondo reserva para países vulnerables
Ya les adelantaba este medio días atrás en su titular de columna que "Las conferencias mundiales sobre cambios climáticos continuarían sin avances"
A falta de la lectura del Texto oficial, nos encontramos otro año más, con un Acuerdo de Mínimos, alcanzado sin apenas efectos vinculantes y que hace presumir el continuismo de los combustibles fósiles, ante el perpetuo cambio climático que padecemos.
Un acuerdo alcanzado que se presenta por algunos como un hito histórico, dentro de la habitual “jactancia” de los países ricos mediante una especie de eslogan sobre el reconocimiento a la creación de un Fondo de Reserva, sin efectos vinculantes, ni cantidades anunciadas, destinado a paliar pérdidas y daños de países en desarrollo, con una redacción prevista para el mismo de una duración entre uno y dos años. Dichos eslóganes se vienen repitiendo año tras año, o COP tras COP.
No se contemplan dentro de las consabidas declaraciones políticas, ninguna intención, aunque fuera paulatina, de ir suprimiendo los combustibles fósiles.
El predominio de la influencia del “Grupo de Poder” habitual, se ha vuelto a hacer notar mediante su predisposición a la contención del calentamiento global del Planeta, inferior a 1. 5º de temperatura media hasta el año 2.100.
No han faltado las clásicas “decepciones” políticas expresadas por distintos dirigentes mundiales. Tampoco, en el lado opuesto, las fuertes directrices emanadas desde una opaca presidencia egipcia, junto al elenco de siempre con China y EE. UU ausentes, pero con una retaguardia poderosa como los Países del Golfo y Japón.
Ha servido de poco que COP 27, se celebre en tierras africanas y sus voces pudieran haber sonado más fuertes.
Finalmente debo confesar que mi mente en estos días reflejaba la Conferencia de Madrid en diciembre 2019, a la cual asistí durante dos semanas, y en lo que a Egipto se refiere por lo leído e intercambiado opiniones con ONGs, podría resultar una clonación casi perfecta de desatención al Clima.
Ello confirma, que en el mundo existen otras preocupaciones mercantilistas, de distinto calado a las guerras.
