¿Algas en las playas?

Los residuos, recurso o desperdicio es un problema de actitud, sirve para detectar si se cierran o no los ciclos de uso de material y energía y para evaluar la calidad de la política ambiental, es decir, mientras que la naturaleza es un ciclo todo es aprovechado, en los sistemas artificiales todo acaba en residuos que no son aprovechados ni reciclados sino mayoritariamente incinerados o enterrados.

Las algas en las costas son un problema, debido a su olor desagradable y un aspecto estético que no inducen al baño, vivimos en un planeta dónde gracias a organismos capaces de realizar la fotosíntesis se crearon las condiciones adecuadas para albergar la vida, debemos saber que las playas no son piscinas, sino un ecosistema natural con unos ciclos de materia que deberíamos respetar para poder seguir disfrutando de ellas.

Entendido esto, debemos respetar que para el desarrollo turístico es necesario tener playas en las que la regeneración por prácticas abusivas por parte del hombre va a ser imposible, en temporadas sí hemos de tenerlas limpias, sin vulnerar la ley de residuos sólidos urbanos, que considera dentro de dicha ley los vertidos generados en la limpieza de las playas, se recogen también arenas, cantos rodados, plásticos... en terreno sin determinar por las autoridades competentes en la materia, y seguramente sin las medidas oportunas para ser receptoras de los vertidos.

Desde nuestra organización querríamos hacer hincapié sobre la problemática que éstos residuos generan en nuestro ya mermado ecosistema surgiendo así una nueva problemática medioambiental derivada de su vertido incontrolado que es causa de graves afecciones ambientales :

1 - Contaminación de suelos.

2 - Contaminación de acuíferos por lixiviados.

3 - Contaminación de las aguas superficiales.

4 - Emisión de gases de efecto invernadero fruto de la combustión incontrolada de los materiales allí vertidos.

5 - Ocupación incontrolada del territorio generando la destrucción del paisaje y de los espacios naturales.

6 - Creación de focos infecciosos. Proliferación de plagas de roedores e insectos.

7 - Producción de malos olores.

La realización del binomio Recurso-Residuo, se muestra con este ejemplo cada vez más como una quimera, la utilización para diferentes sectores del residuo generado es inmediato, seguro que esta premisa para la normalización del flujo normal de material y energía no ha sido valorado por nadie. Nuestro debate sobre los residuos generados debería ser más amplio, y abordado de una manera científico-técnica. Es un buen momento para plantear con seriedad, si podrían ser las basuras una solución a problemas medioambientales.

La nueva cultura ecológica de los recursos debe considerar como residuo todo elemento material o energético que, por no conocer o valorar su utilidad o sistema de recuperación adecuada, acaba formando parte de un sistema excluyente. Esta nueva cultura de los recursos y los residuos debería tener siempre presente el conocimiento profundo del modo de producción de la biosfera, basado en el reciclaje continuo de los residuos, que nos ofrece la ecología, como método para rebajar la soberbia tecnológica y la fe en la resolución futura de los actuales problemas de contaminación por parte de la Ciencia.

Pavasal empresa elegida por el ayuntamiento de Dénia para limpiar sus playas empezó a trabajar hace pocos días, aunque el contrato estaba aprobado desde hace meses pues se desconocía donde depositar los residuos generados. ¿Qué ayuntamiento contrata a una empresa para que le preste un servicio sin saber dónde van a depositar los residuos que su actividad genera?. La respuesta es clara y no es más que a un ayuntamiento donde el respeto por el entorno donde se desarrolla la vida es nulo. Sería mucho pedir al ayuntamiento información sobre, ¿cuáles van a ser los tratamientos reales de los residuos generados en la actividad?.

¿Sería posible declarar servicio público todas o algunas de las operaciones de gestión de determinados residuos?. Siempre y cuando motivadamente se justifique, por razones de adecuada protección de la salud humana y del medio ambiente, no sólo debería ser posible tendría que ser obligado. No gestionar de forma adecuada los residuos, lleva asociados graves impactos ambientales, influyendo de manera innegable a la materia viva, entre los que destacamos las emisiones de gases de efecto invernadero y la formación de lixiviados tóxicos.