Agua para nadie
Con tanto calor y tan poca agua, a los agricultores y ganaderos de la provincia de Alicante se nos presenta un verano que va a ser muy duro. La meteorología nos azota y las previsiones que tenemos sobre la mesa no son nada halagüeñas. No va a llover, al menos hasta el otoño que viene, y, por tanto, tendremos que recurrir a las cantidades disponibles para regar, que cada día son más escasas y en las que no han dejado de incrementarse los problemas, sin que nadie haya aportado todavía soluciones efectivas. Estamos hastiados de palabras y más palabras.
En primer lugar, tenemos que hacer alusión a los recortes, que también han llegado al Trasvase Tajo-Segura. La aportación interanual de esta obra era de 752,2 hm3 a 1 de marzo de 2014. Para esta misma fecha, tenemos que reducir los aportes hasta 381 hm3. Es decir, en un año, ha habido un tijeretazo del 50% ¡Una auténtica barbaridad! No es nuestro único problema. Desde los 142,5 hm3 que se acordó trasvasar para regadío entre los meses de octubre y febrero de 2014, hemos pasado a los 94,5 del año actual. Ante unas reducciones como éstas, urge buscar nuevos aportes.
Por una parte, están tratando de defender la desalinización. Yo no estoy en contra. Siempre he sido un pragmático, pero me pregunto los sectores en los que se podrá emplear por su elevado coste. Si a lo que cuesta producirla, tenemos que sumar el desplazamiento hasta los campos de cultivo, es evidente que los agricultores no la podremos pagar. Tampoco podemos encontrar una solución con la compra de agua. La presidenta de Castilla la Mancha, María Dolores de Cospedal, rechaza que se pueda adquirir el líquido elemento del Tajo, aunque haya acuerdos entre regantes, y el Gobierno le ha dado la razón. ¿Es muy poderosa o nosotros somos muy débiles?
Respecto a la otra obra fundamental que nos trae el líquido elemento que tanto necesitamos en nuestras sedientas tierras, las noticias son un poco más halagüeñas. Trasvasarán 15 hm3 de Azud de la Marquesa, que se podrán emplear en unas 20.000 has, en las que se cría uva de vino y de mesa, fundamentalmente. No es el proyecto que más nos gusta. Parche tras parche, seguimos pidiendo que el trasvase Júcar-Vinalopó incluya la toma de Cortés de Payás por ser la única que garantiza agua de calidad y es válida para todos los usos. Además, ya se ha invertido millones de la Unión Europea en esta toma, que se tendrán que devolver si no llega a utilizarse.
Mientras nuestra tierra agoniza, nuestros almendros se secan y nosotros nos encaramamos a apretar el bolsillo y seguir estrujándolo para poder pagar todo el agua de riego que hace falta para minimizar el impacto de las altas temperaturas, seguimos creyendo que alguna solución efectiva debe haber. Así se lo hemos hecho llegar esta misma semana a la ministra Isabel García Tejerina. Los empresarios agrícolas no están en disposición de plantar si no cuentan con el recurso en cantidad suficiente. Falta agua y, sobre todo, falta una garantía de las cantidades con las que contaremos para podernos planificar. Mientras nos subimos por las paredes, recordamos cómo se desperdicia una ingente cantidad del Ebro, inundándolo todo a su paso y causando excesivos destrozos año tras año. No hay más solución que los trasvases y así me lo han hecho saber catedráticos de la Universidad de Alicante y otras instituciones.
Sin embargo, pasa lo que pasa, que llega la política y lo estropea todo. Irrumpe Podemos o UpyD en el panorama actual y sin mucho conocimiento y con intereses claramente electoralistas, descartan el trasvase del Ebro. El PP sí lo ha defendido claramente, pero el de la Comunidad Valenciana, del nacional todavía estamos esperando a que nos dé un poquito de amor. El problema es que hemos pasado de la moda del “agua para todos” a la de “este agua es mía y de nadie más”. El PSOE parece desmarcarse y ahora defienden el Tajo-Segura, el Júcar-Vinalopó y lo que haga falta con tal de ganar apoyos, pero los hechos prevalecen y todos recordamos que fueron ellos los que derogaron el consenso que se alcanzó en la anterior planificación hidrológica impulsada por el Gobierno de Aznar y un ministro de Agricultura que defendió que la famosa obra aún sin ejecutar se haría “por huevos”. Así lo seguimos esperando mientras nos mantenemos con mucho esfuerzo y tesón. ¡Son tantos los problemas que soportamos! Como no sean más inteligentes, terminarán por extinguir este sector que siempre ha sido clave para la economía de nuestro país, que ya no podría soportar más pérdidas. La agricultura que se produce en la provincia de Alicante siempre ha sido y es, junto a la de Murcia, la huerta que alimenta Europa. Sustenta numerosos puestos de trabajo directos y genera otros cuantos miles indirectos. Permite que haya oportunidades de empleo en numerosos municipios rurales, fijando así la población de nuestros pueblos. Los beneficios que aporta son muchos, también en las exportaciones. Por ello, estoy esperando sinceramente a que pasen las elecciones y vuelva el raciocinio. En esta tierra, habrá muchos problemas si no realizan un reparto equilibrado entre los aportes que inundan las tierras de la España húmeda y las graves carencias de la España seca. Tengamos un poco de paciencia más, esperamos que pase el 24 de mayo, que gane el mejor para el agua y sea valiente de una vez por todas para paliar nuestras necesidades reales.
