Sexo en Nueva York
Ya no es una cuestión de si gusta Zapatero o Rajoy. Eso es una chorrada casi equivalente a los años en los que se turnaban conservadores y liberales. No haría Rajoy algo diferente de lo que hace Zapatero: No es un sueño de nuestros destinos por mucho que se empeñen en aparentar lo contrario, como Mendez, Toxo, Diaz Ferrán o Gorbacho. Keynes en el Siglo XXI no tiene nada que ver con las fuerzas del trabajo de 1930. Aquí hay un cambio de paradigma que si atendemos a las declaraciones de Alain Tourain (TV3) no obliga a replantearnos todo, incluso el clásico concepto de izquierdas y derechas, conservadores y liberales, estadio del bienestar o mercado. Te guste o no Sexo en Nueva York la cuestión es que hay sexo y mucho.
La brecha se extiende por internet, por la televisión o por las pautas de consumo. Incluso por la actitud de los líderes sociales y políticos. ¿A santo de qué plantearse ahora si los jueces priorizan la adjudicación de unas causas para unos o para otros cuando todos sabemos el juego de la magistratura? A ver si algún día hay algún valiente que cuenta como en el Juzgado de lo Mercantil de cualquier provincia siempre se lleva este o aquel importante despacho de abogados los millonarios concursos de acreedores. ¡Que suerte! Luego revisas el BORME, cosa que no frecuentan los periodistas, y te encuentras con que la abogada que se persona en Lugo lo hace también en Soria o en Alicante. Y es de un despacho de abogados que además paga conferencias a muchos jueces. ¿Es Garzón la excepción que confirma la regla?
Pero es una parte de la brecha, como ocurre con la reforma laboral. Ahí están discutiendo si son 30 o 20 horas para un despido cuando en la calle lo que hay es una necesidad vital de trabajadores formados. Brasil quiere llevarse mil electricistas a cualquier precio: ¿Despediría una empresa española un electricista si fuera productivo y le fueran bien los negocios?
La brecha provoca situaciones esquizofrénicas. Una empresa de Valencia diseña unos bikinis que permiten pasar el sol sobre la tela. Los pone a la venta con su potencial comercial y vende media docena. Se pasa a internet y bajo el dominio www.nomasculoblanco.com llega a 30.000 unidades. Algo pasa que acaba con sistemas de distribución, comercialización, lógística y márketing. Por lo tanto que no venga más un funcionario del ministerio de Miguel Sebastián a hablarme de innovación. La innovación tiene el culo blanco.
Hay una brecha política y empresarial. Para tomar una copa se queda por el móvil, Twitter o Faceboock, mientras Costas quiere cerrar los chiringuitos y los ayuntamientos mandan la policía local a caballo. Una brecha social y cultural. Tengo 8.000 libros en mi biblioteca y hace medio año que no compro uno y tengo 500 más en mi ordenador. ¿De quién es el problema? ¿Mio o de mi librero? Igual a él le gusta leer el Kamasutra y a mi Sexo en Nueva York-2.
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