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Por Jesús Montesinos
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Rectificar es de sabios (Zapatero, Camps…)

    Therese Albrechton es una empresaria sueca de 24 años que ha recibido el premio a la Mejor Joven Empresa de Europa y que esta semana estuvo en Valencia explicando su vocación innovadora. Su narración fue pasional, emocionante, no dio un solo dato de sus balances ni habló del éxito de las cinco empresas que tiene con docenas de trabajadores. Habló de lo que ha aprendido de los fracasos registrados en su corta carrera empresarial. Yo le hubiera comprado un coche de quinta mano.

    Pero esta misma semana también pasó por aquí el catedrático y economista Emilio Ontiveros, considerado uno de los gurús de la economía española. Amén de que a la conferencia no acudió un solo empresario de los muy afamados que hay en Castellón (solo estudiantes, profesores y algún asilvestrado como un servidor), Ontiveros dejó muy claro que en esta crisis y en la Comunidad Valenciana especialmente van a desaparecer muchas empresas y solo quedarán aquellos que aprovechen las oportunidades derivadas de sus errores.

    Dos voces distintas que valoran la importancia de rectificar a partir de valorar los fracasos. Porque aquí no queremos aprender a nadar ni aun con riesgo de naufragio. Por eso España está a la cola de Europa y la Comunidad Valenciana a la cola de España en la salida de la crisis. Bancos, cajas, instituciones, políticos, empresarios de cualquier calibre, sindicatos y la pura sociedad civil no están dispuestos a rectificar. Hay que esperar a que escampe. Francisco Pons, presidente de AVE, dejó en el aire la respuesta cuando en Radio 9 le preguntamos sobre la ausencia de compromiso de las empresas para emprender nuevos caminos económicos. ¡Que inventen ellos!

    El maestro en esta tarea es José Luis Rodríguez Zapatero. Hasta que no se ha visto con el agua por arriba de las cejas no ha asumido la gravedad de la crisis y las consecuencias de perpetuarse en sus errores. Si hace un año hubiera tenido la valentía de admitir el fracaso de su política, ahora ya tendríamos ese tiempo ganado a las consecuencias del tijeretazo. Pero el orgullo nos vuelve a presentar ante el mundo como hidalgos, progres y holgazanes. Si encima vamos de huelgas, pues de aquí huye hasta El Palleter.

    Pero igual actúa el Consell. El documento difundido ayer para debatir en el pleno de las Cortes de la semana próxima es de antología. Vale que le recuerden al Gobierno del PSOE lo mal que lo ha hecho, pero también hay que reconocer los fracasos propios para reconstruir la economía valenciana. Cuando todos concluyen en la necesidad de reinventar el modelo económico valenciano, porque el actual registra un 23 % de paro, hay que hacer algo más que culpar a Zapatero y ahorrar en clips. ¿Es Gerardo Camps el autor del parto?

    Therese Albrechtsdon concluía en dos principios que no existen en España. Uno: El fracaso se traduce en experiencia. Y dos: El dinero debe invertir en riesgo. En la Comunidad Valenciana el dinero sigue queriendo invertir en retornos del 18/20 % sin apenas riesgo. Con lo cual perdemos el tren de la oportunidad que están protagonizando otras regiones. La clave quizá está en una comparación que hacen en las escuelas de negocios. Forofos al margen, el Barça es el mejor equipo del mundo y Pep Guardiola es el ejemplo de humildad y cooperación que exige la empresa en estos momentos. Y el Real Madrid y C. Ronaldo son ejemplo de vanidad y arrogancia. Pero resulta que la diferencia final para el éxito ha sido solo de tres puntos.

    (Sígueme en www.jesusmontesinos.es y www.twitter.com/jmontesinos)

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