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Por Jesús Montesinos
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El BLOG de una PYME: Quiero ir a Alemania

    Menuda semana nos está dando mi hijo el economista. Ya conté que lo había mandado seis meses a ampliar estudios a Alemania y esta semana ha venido a preparar los exámenes al abrigo de las cenas de su madre. Y como le gusta el jamón pues ha venido un par de veces a almorzar al bar del polígono, donde nos ha puesto la cabeza como un bombo hablando de la productividad alemana. Tanto que los colegas se me han sublevado: “¿Tu hijo se ha creído que somos tontos? ¡Como si en Alemania ataran los perros con longanizas!”

    Y venga a darle al tema toda la semana. Sobre todo cuando han aparecido unos datos que todavía rebajan más la productividad española. Nadie se lo explica, porque hacemos más horas que un reloj y apenas nos queda tiempo para el almuerzo y un par de cigarros al día. Pero mi hijo nos ha explicado su versión. Y si lo quiere mi hijo yo también me voy a Alemania.

    En Alemania trabajan incluso menos horas que nosotros, pero en cada hora hacen mejor las cosas y controlan mejor como las hacen. Tienen mejor maquinaria porque las empresas las comparten y amortizan mejor los costes. Tienen mejores infraestructuras y logística porque invierten en ello para sacar más rentabilidad al tiempo. Cada uno cobra por su capacidad, con lo cual todos se esfuerzan por hacerlo mejor. Y en la universidad y en las escuelas nos están enseñando que sin esfuerzo no hay buenas notas. Y además los políticos están porque saben, no porque estén en un partido. Y el viernes por la noche se cogen unos pedales del carajo, en lugar de beberse cada día tres carajillos.

    Enseguida le han dicho que eso es una chorrada, porque al final quieren venirse a veranear a Mallorca. Pues a mi ya me lo había contado el del camión, que va todas las semanas a llevar fruta, ha dicho otro. En la fábrica para la que hago los perfiles han montado una nave en un pueblo industrial de Alemania y dicen que es así, van reconociendo otros

    Es que el internet que tengo en mi casa en Alemania no lo he soñado jamás en España. Y me cuesta la mitad que aquí. Y el profesor de la universidad está la mitad del año trabajando en una empresa y sabe del negocio todo lo que hay que saber porque si no lo despiden de la universidad, aunque haya ganado unos oposiciones. En la misma universidad están haciendo ahora un trabajo para estudiar como tienen que hacer los productos de las fábricas del polígono para competir y vender a los chinos, que también lo están invadiendo todo. Al fin y al cabo los chinos son oferta, pero también demanda.

    ¿Ahora resulta que serán perfectos? Dice uno que está quemado con tanta maravilla. Y entonces viene la historia de los barrios marginales, los turcos, el alcoholismo y la desilusión de los más jóvenes. ¿Para luego digan que Alemania es una maravilla? Todos callados, hasta que alguien recuerda que nos han pagado (Fondos Feder) todas las carreteras que hemos hecho en España en los últimos años. Algo falla en el cabreo general, porque no pueden ser tan buenos como dicen, tienen barriga cervecera, quieren venir a vivir a Mallorca, pero al final pagan nuestras carreteras, fabrican mejor y más barato y tienen menos paro. Así que callamos repletos de dudas y pedimos otra ronda de carajillos.

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