Hace muchos años..., la Navidad
Dicen los grandes entendidos que hace 2011 años, en el mes de diciembre, sucedió un fenómeno en el cielo que sorprendió a todos los astrólogos y sabios de aquella civilización: cuando, de repente apareció en el cielo brillando una estrella que con una gran velocidad señalaba un punto concreto del planeta tierra.
Era un punto muy preciso, el lugar se llamaba concretamente Belén, en la fértil tierra de Canaan. Este lugar era un sitio de paso y por lo tanto de eternas disputas, donde el pueblo judío había conseguido establecerse. Era un lugar sencillo, nada exuberante, ni palacio, ni templo, simplemente un humilde establo, donde la noche del 25 de diciembre, según dicen una joven llamada María había parido un niño al cual le pusieron de nombre Jesús.
No me negarán que resulta muy extraño que solamente tres de todos los sabios del planeta se les despertase la curiosidad y quisieran saber dónde les llevaba la estrella. El caso es que parece que fue así, de esta simple manera. Dicen que estos sabios o magos como se les quiera llamar, le ofrecieron, oro, incienso y mirra, sin olvidar a los pastores que fueron los primeros en ayudar al recién nacido.
Pues bien una vez comentado este tema extraigo la siguiente reflexión, que si a ustedes no les sabe mal quiero comentar. Lo primero es que tanto antes como ahora los primeros en ayudar a los que menos tienen son los pobres, compartiendo aunque sea un trozo de pan.
Hoy, una mayoría vivimos tiempos muy difíciles, tiempos de egoísmo de los que más tienen, estos cierran los ojos a la realidad del entorno inmediato, hundiendo en la miseria a los más necesitados con el fin de aumentar más y más sus beneficios para adquirir bienes y posesiones. Dicho claramente: roban a la gran mayoría.
Por contra, la solidaridad de los que menos tienen se hace evidente día tras día en todo nuestro entorno, estos anónimos que no salen en las televisiones ni en las noticias que comparten lo poco que tienen con los más necesitados consiguiendo crear un clima de convivencia en nuestras ciudades y pueblos.
Estos anónimos que de ninguna manera aceptan a todos aquellos que utilicen la represión, la división y la confrontación en defensa de unas posesiones, como comentaba anteriormente, frecuentemente mal adquiridas. Bien compañeros, os deseo una buena Navidad “El tiempo lo permite y la autoridad no lo impide”
Dios es el mísmo para todos, aunque tenga mil nombres; pero muchas veces tienes que escoger uno para llamarlo.