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Por Manuel Altava
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110 km. por hora

    Ha sido la última improvisación del gran improvisador. Ya desde el lunes es norma legal la rebaja del límite de velocidad a 110 km/hora en autovías y autopistas que se ha vestido como medida de ahorro de energía. Las disposiciones legales o reglamentarias nunca pueden ser objeto de improvisación y, desde luego, la de obligar a los españoles a ser ahorradores por decreto, la de recortarles su capacidad para moverse porque el Gobierno quiere obligarles a ahorrar es una de las improvisaciones más caóticas, ridículas y esperpénticas que se le han ocurrido al Gobierno de Zapatero, tal y como además afirmó recientemente Esteban González Pons.

    Muchos ciudadanos se sientes indignados y todos asombrados por la medida adoptada por el Consejo de Ministros. Rebajar el límite de velocidad en autovías y autopistas es una medida extrema para tiempos extremos que el Gobierno ha adoptado desde la improvisación, el desconcierto, la falta de criterio y la pérdida de todo tipo de referentes. Lo he dicho en muchas ocasiones. Estamos en manos de un ejecutivo que no tiene ni idea de cómo salir de la situación económica y que es un irresponsable cuando se trata de afrontar situaciones complejas. Hasta parece ser que el propio vicepresidente Rubalcaba dijo que dichas medidas eran improvisadas, que se le habían ocurrido conforme iba para el Consejo de Ministros. De hecho la semana pasada, en el Congreso, en el debate sobre políticas sociales de toda una mañana no dedicó ni una palabra a la posibilidad de limitar la velocidad, viniendo ello a confirmar que la medida ha sido improvisada habiéndoseles ocurrido de la noche al amanecer.

    Parce que Zapatero no tiene medida mejor que adoptar que la de limitar el límite de velocidad. España necesita políticos y dirigentes profesionales sensatos y maduros. Gobernar España no puede convertirse en una cuestión de imagen. Gobernar España es dirigir la economía y la vida de todos los españoles y eso no se puede tomar a la ligera; las medidas a adoptar se tienen que meditar.

    Como dijo el secretario de comunicación del PP, se ha limitado la velocidad de autopistas y autovías porque es lo que se les ha ocurrido, pero también podían haber ideado y obligado apagar la luz a las diez de la noche.

    Ya lucen en nuestras carreteras las pegatinas indicativas de las limitaciones de velocidad. El ejecutivo ha creado un sistema energético de costes que responde a una política demagógica y no a un verdadero deseo de ganar eficiencia y mejora de la competitividad. El Gobierno ha demostrado una gran falta de previsión dado que el precio del petróleo ha permanecido muy bajo durante la crisis económica y tarde o temprano debía volver a sus precios anteriores.

     

    Por otra parte, ha subido el Índice de Precios al Consumo en tres décimas el mes de febrero dada esa irresponsable política energética del Gobierno y ahora estamos pagando un doble error: por una parte, la falta de previsión y, por otra, por la política energética que se sigue lo que nos hace cada vez menos competitivos respecto a Europa volviendo a nuestros fantasmas de pérdida de competitividad y, todo esto, cuando Europa está saliendo de la crisis y España está todavía estancada dentro de ella y siendo tutelada por los organismos del continente.

    Hemos bajado la velocidad, pero sobre todo la de la economía y de la competitividad y eso no se arregla colocando unas pegatinas sino en las urnas diciéndole a Zapatero que sea honesto y deje al frente del Gobierno a quien ya demostró hacerlo bien y tiene más conocimientos que dos simples tardes de Economía.

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