40 años, después de 40 años
Este 15 de junio conmemoramos una fecha histórica. El 40º aniversario de las primeras elecciones democráticas, en un contexto social y político en plena efervescencia reformista para amoldar a esta vieja nación a un nuevo tiempo de paz y prosperidad. El pueblo anhelaba libertad tras cuarenta años de franquismo, y ese mismo pueblo, una sociedad civil comprometida se puso manos a ello, generando el mayor proceso político de nuestra historia reciente, desde el consenso y la concordia. Una transición modélica que fructificó en nuestra Constitución del 78, un año más tarde.
En nuestra provincia estaban llamados a votar 1.287.981 ciudadanos. Votaron 1.091.199, el 84'7 %, 196.782 se abstuvieron (15'3%). Unas elecciones que ganó el PSOE con 395.211 votos (36'66%), seguido de UCD con 334.705 votos (31'04%), el Partido Comunista con 106.133 votos (9'84%), Alianza Popular con 60.410 votos (5'60%) y el Partido Socialista Popular con 58.654 votos (5'44%). Resultados para el Congreso de los que salieron 15 Diputados (7 PSOE; 5 UCD; 1 PC; 1 AP; 1 PSP), y también para el Senado con cuatro Senadores electos (3 PSOE y 1 UCD).
Aquellos 15 Diputados fueron: Francisco Javier Máximo Aguirre de la Hoz, José Luis Albiñana Olmos, Emilio Attard Alonso, Antonio Bisbal Iborra, Emérito Bono Martínez, Francisco de Paula Burguera Escrivá, Jaume Castells Ferrer, Alberto Jarabo Payá, Joaquín Muñoz Peirats, Juan Bautista Pastor Marco, José Ramón Pin Arboledas, Joaquín Ruiz Mendoza, Manuel Sánchez Ayuso, Manuel Santolaya Juesas y Enrique Sapena Granell. Y los cuatro Senadores: Justo Martínez Amutio, Salvador Moragues Berto, José Antonio Noguera de Roig y José María Ruíz Ramírez. Nombres que han quedado para la historia de nuestra provincia en aquellos inicios de una aventura democrática apasionante.
Desde aquella fecha hemos participado en 39 procesos electorales. Elecciones que han puesto en valor la pluralidad política de esta tierra. Desde las 19 fuerzas políticas que concurrieron en esas primeras elecciones constituyentes a las 51 que se presentaron en las últimas generales de junio de 2016. Con un domino claro del PSOE en la primera etapa, con 14 victorias consecutivas que se vio quebrado en las generales de 1983 con la victoria del Partido Popular por poco más de medio punto. Un Partido Popular que ha dominado el mapa electoral en nuestra provincia ininterrumpidamente, concatenando 25 victorias seguidas.
Hoy, 39 procesos electorales después parece que la incertidumbre de aquella histórica jornada electoral vuelve a cubrir el horizonte. La desafección ciudadana surgida de una crisis económica pero también institucional, alentada por los casos de corrupción, han debilitado nuestro sistema político. El nuevo relato populista surgido en plena crisis ha cuestionado ese modelo de convivencia que surgió de aquella transición. El neomarxismo imperante busca reencontrar su espacio ante la decadencia evidente de la socialdemocracia.
La crispación continua del ambiente político, la gestión del conflicto permanente se ha instalado en nuestro patio nacional, del que Valencia forma parte. Los nuevos profetas del cambio, alentados por sus potentes altavoces mediáticos buscan socavar los cimientos de nuestro modelo de convivencia, para mayor gloria del pensamiento único y en nombre de la gente, su gente.
No podemos permitir que el legado de estos 40 años de Libertad, quede relegado por ese nuevo relato de la posverdad. 40 años después, muchos de los que acudieron a las urnas ese 15 de junio no podían esperar que esa incipiente democracia durara tanto como el período anterior. Y así ha sido. La pena es que, para muchos, estos 40 años no han sido suficientes para superar estigmas del pasado, y siguen anclados en el revisionismo histórico. Una pena, porque es un lastre para todos. Es hora de perseverar, de profundizar y avanzar desde ese espíritu reformista que surgió en plena Transición.
Un espíritu colaborativo desde el consenso y el respeto, nunca desde la exclusión y el resentimiento. Muchas cosas han cambiado desde entonces, pero cuarenta años después no podemos volver a empezar.