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Por Ramón Jesús Pérez
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Semana Santa de ayer y de hoy

    Los que ya tenemos una edad, recordamos aquellas Semanas Santas negras, tristes, silenciosas, que hasta hablar estaba mal visto; en la tele solo había música clásica, y casi era obligatorio estar serio.

    Los tiempos han cambiado para todo, también para estos días, que unos lo dedican a descansar y otros a su fe, si a eso se le puede llamar fe; pero es respetable aunque no se comulgue con ello, y dados los acontecimientos recientes…

    Las personas más normales prefieren descansar, ir a la playa y escapar un poco de la rutina; las dos opciones son perfectamente respetables, dentro de un clima de tolerancia y respeto; aunque hay “cosillas” que no lo merecen.

    Hoy se viven estos días de otra manera, como un alto en el camino hasta las vacaciones de verano; es tiempo de relajarse de la rutina, y dedicar unos días al merecido descanso, olvidarse del despertador, de la oficina… suponiendo que uno tenga trabajo.

    Los sitios elegidos para las vacaciones son los habituales: playa, montaña; últimamente se han puesto de moda los viajes al extranjero dirigidos a la gente joven que va ganando adeptos en otra clase de personas; es una nueva forma de entender estos días.

    El turismo rural es una nueva manera de conocer rincones escondidos de nuestro país, quizá nunca hemos descubierto ese pueblecillo que está cerca de nuestra ciudad, que tiene una pequeña capilla…

    Viste más decir que hemos estado en Estambul, en Budapest o en Roma; cuando en nuestro país se puede disfrutar de muchas cosas.

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