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Por Ramón Jesús Pérez
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Las drogas y los genocidas

    Sabemos que hay sustancias dañinas para el cerebro, estás, tienen graves consecuencias en las personas que las consumen; sus terribles efectos actúan sobre ellas provocando acciones antisociales.

    Si para una persona normal ya es muy mala, imaginemos lo que sería para un estadista; un documental de la 2, nos reveló lo que todos sospechábamos. Las barbaridades del genocidio Nazi, fueron consecuencia de las drogas.

    En ese documental se explica claramente que Hitler consumía sustancias para pronunciar sus discursos y realizar aquellos crímenes tan brutales; su médico personal Theorodor Morell, preparaba las sustancias que luego inyectaba a Hitler.

    A medida que aquel espanto atroz iba avanzando, el Fider exigía a Morell, su médico que le administrase más sustancia "energética" que daba fuerza para realizar sus macabros fines.

    Esas medicinas también eran suministradas a las juventudes, al ejército y supuestamente a los generales que colaboraban directamente con él. Así se entiende el mayor error de la historia del que toda persona se avergüenza.

    El ser humano, en condiciones normales no hace esas monstrucidades que han dejado huella en la historia; ha habido guerras, han existido métodos de tortura salvajes, pero nunca se llegó a matar a cinco millones de personas.

    Y todo por exterminar razas como la Judía y la Gitana, y grupos marginado, discapacitados y homosexuales; fue el mayor crimen de la humanidad causado por un ser ya de por sí, embrutecidos por su crueldad.

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