A vueltas con la tercera dosis

Hace ya semanas que se encuentra servido el debate al igual que al principio de los tiempos, sucedió con la inicial vacuna del COVID-19, y sus iniciales dudas sobre su idoneidad entre partidarios y negacionistas.

Se viene sosteniendo que la lucha contra el Coronavirus, es, ante todo, paciencia y confianza con tiempo requerido para la Ciencia, la cual, a tenor de sus conocimientos científicos va avanzando no siempre en la medida que nos gustaría, pero hay que supeditarse a las condiciones existentes, ya que nos encontramos ante una situación además de trágica, todavía desconocida en sus entresijos.

Un reciente Informe encargado a la poderosa CIA, arroja las mismas dudas de siempre respecto a su procedencia.

Tengo la costumbre desde muy joven, observar a los estadounidenses. De hecho, mi primer trabajo tuvo lugar junto a ellos, en los famosos Polos de Desarrollo, ubicados en Castellón, Huelva y, A Coruña, instalándonos Plantas de Fertilizantes con tecnología de vaya Ud. a saber cuándo, que manejaba una importante firma USA con sede en Louisville.

Eran los tiempos en que España carecía de casi todo, y dichos nutrientes eran fundamentales para un país eminentemente agrícola.

Era la época de López Rodó, alrededor de los setenta, a la sazón Comisario del Plan de Desarrollo, gobierno de los tecnócratas, bajo el cual comenzamos a industrializarnos conociendo los distintos tipos de fertilizantes, además de los anuncios en las carreteras de NITRATOS DE CHILE.

Aprendí de ellos, organización, de aquellos que dominan un trabajo y lo hacen fácil, sobre todo, si quién observa es una especie de esponja joven y sedienta.

Como es tradición, y les resulta imposible aprender un idioma distinto al suyo, me costeaban las clases diarias de inglés.

Años más tarde, los he seguido encontrando profesionalmente a lo largo del mundo, bajo las mismas hechuras y adorando al dios dólar.

Hay que asumir que son en casi todo, los “primeros de la fila”, y, además, creen firmemente en su potencial.

Más o menos, la historia sigue repitiéndose décadas más tarde, por lo que debemos encontrarnos relativamente seguros, al no dejar de observarlos.

Por ello, cuando hace un par de semanas, leímos en el Washington Post, que anunciaban estaría disponible una tercera dosis a finales de septiembre, con previsiones de inocularla transcurrido, ocho meses aproximadamente desde la segunda dosis, a la espera de la aprobación pertinente, como consecuencia de una disminución a la inmunidad y la propagación de la variante DELTA, dimos por casi sentada su futura aplicación.

Tres Estudios procedentes de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades, justificaban la adopción de dicha tercera dosis, ante las dudas de disminución de efectividad de las iniciales vacunas.

Otros, realizados en el Reino Unido e Israel, aseveran tal creencia.

España, en estos momentos, a la espera de las indicaciones de la AGENCIA EUROPEA DEL MEDICAMENTO, se encuentra en la disyuntiva de optar, bien por completar la inmunidad de grupo, para lo cual faltan todavía por vacunar a unos once millones de personas, de los cuales, unos dos millones, carecen de la pauta completa.

El “tablero de ajedrez”, podría complicarse por la existencia de “tres frentes abiertos”:

La opción de comenzar a inocular la tercera dosis a ciertos colectivos vulnerables, inmunodeprimidos y, personas mayores.

No olvidarnos de aquellos que ya disponen de las dos pautas, y que pudiera complicarse su situación ante el comportamiento imprevisible de la variante DELTA y disminución de la efectividad de dichas pautas.

Completar los grupos que carecen de las dos pautas.

Sería sugerible, conocidas experiencias anteriores, conocer las nuevas “estrategias de choque”, elaboradas por Sanidad, ante un supuesto empeoramiento de la situación y la imprevisibilidad de una sexta ola, ya que llama la atención de nuevo el aumento de 367 fallecidos en la última semana, aunque otras cifras continúen en descenso.