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Por Vicent Albaro
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Por Santa Lucía tiempo de Kaliendas

    El trece de diciembre es la festividad de Santa Lucía, o sea hoy mismo, y al abrir el calendario tenía una anotación de hacía meses: Las kaliendas. Recuerdo que tome buena nota después de una agradable sobremesa con mi buen amigo Chimo Sahera, en su casita de campo este otoño. Después de intentar convencerme vehementemente, de lo infalible del método y las virtudes de conocer la predicción del tiempo a largo plazo. A día de hoy, Chimo y su familia están trises, por el fallecimiento de su cuñado Vicente Nebot, alcalde de Lucena y tertuliano ocasional de estas charlas esotéricas. Nuestro pésame a la familia y el deseo de lo mejor para el futuro.

    Recuerdo vagamente haber escuchado estas historias tan viejas, pues casi todos procedemos de familias agricultoras por nuestros abuelos, y agricultores de secano donde el conocimiento del tiempo, ha constituido un elemento vital de supervivencia. Pues sembrar o no en secano, según las lluvias, era primordial. Estas y otras historias parecidas, podían escucharse a la luz mortecina de una lumbre de invierno. “Ver libro: Poemes del Secà”. Editado por la Caja Rural en 1994. Por ello conocer, o al menos confiar en las predicciones meteorológicas, era una apuesta segura para la obtención de buenas cosechas y con ello, matar el hambre.

    ¿Pero qué son las kaliendas?. Según la versión de Chimo consta en: apuntar desde el mismo día trece de diciembre el tiempo que hace cada día; mañana, tarde y noche durante doce días seguidos, es decir hasta el veinticuatro. Descansa el veinticinco día de Navidad, y el veintiséis San Esteban, se comienza de nuevo doce días más. Los primeros doce te indican el tiempo que hará el próximo año entre enero y diciembre. Los doce posteriores lo corroboran pero de diciembre a enero, o sea al revés.

    Esta teoría de predicción del tiempo, tiene sus incondicionales y obviamente sus detractores. Como toda teoría empírica, se basa en el conocimiento y la experiencia acumulada de muchos siglos, y es tan certera o infalible, como lo pueda ser el hombre del tiempo que sale en la televisión. Seguramente si fallan las predicciones, no será culpa del método, sino del inexperto que anotó mal los datos. Kaliendas, Kalendas, Calandrias, Canablas, Cabañuelas, Témporas y en catalán Tretzenades, la cuestión es que el método es conocido en muchos lugares con distintos nombres, y hasta en distintas fechas, pues las Cabañuelas siguen la misma metodología pero comienzan la contada el día uno de agosto.

    Los días siguientes a la anotación de Kaliendas en el almanaque, recuerdo que pregunté a mis allegados, familiares, amigos y algún conocido; y mi sorpresa fue el total desconocimiento del asunto. Ello viene a corroborar una vez más, la ignorancia que nuestra sociedad actual tiene del mundo agrícola y sus historias. Una sociedad que presume de la información y las redes sociales, y que paradójicamente, desconoce las viejas creencias de sus ancestros. Condenados en su época, a sobrevivir de los productos agrícolas y ganaderos, hoy en franca decadencia improductiva. Alguien podrá pensar que es el mundo al revés, y que se valora quizás en demasía, aquello que no nos es útil para alimentarnos y vivir en armonía con nuestro entorno.

    Todas las generaciones que han tenido la oportunidad del estudio y el conocimiento, están sobradamente preparadas para desenvolverse en una civilización cosmopolita y tecnificada. Con la actual crisis, y cercenado el futuro prometedor y esplendoroso que nos prometíamos, quizás no lo estén tanto y no esté de más, ir desempolvando viejas teorías como estas kaliendas de mi amigo Chimo, y otras muchas que hay perdidas en la memoria de los más viejos. Esos que ven pasar el tiempo sin prisas ni sobresaltos, con la calma y serenidad que dan los años. Esos a los que nadie les ha hecho ni puñetero caso en los tiempos de bonanza y desenfreno, recluyéndolos en el baúl de los recuerdos, persistiendo invisibles a nuestros voraces ojos.

    Pues oyes, nada como replantearse las cosas de nuevo, y echar mano de los apuntes del abuelo, aunque estén mal escritos con lápiz y en papel de estraza. Y roguemos para que Santa Lucía nos conserve la vista.

     

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    comentarios 2 comentarios
    Vicent Albaro
    Vicent Albaro
    13/12/2011 05:12
    Idus y calendas

    Benvolgut Vicent, efectivament sobre el temps no hi ha res escrit. M'he deixat el Calendari Zaragozano per a una altra ocasió, com l'acudit del vell a qui pregunten el temps que fará, i amb cara de circunstàncies, sentencia alló de. "Igual pot ploure que no ploure". No obstant he quedat amb Chimo ara al gener, per a fer la cerimonia de: "la lluita dels vents". Una altra metodología empirica per a saber els vents dominants de l'any. Ja et contaré. Bon Nadal.

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