Pregón y pregoneros de Semana Santa
Hizo mosén Membrado una profunda homilía sobre la Semana Santa y Pascua, huyendo de adornos y retóricas, incidiendo en la clave evangélica de estos días sacros y su transmisión benefactora, para la vida y compromiso de los creyentes. Pues en los actos litúrgicos de estos días, es donde se fundamenta todo el sustrato religioso que deberá vivenciar la fe todo un año. El Pregón, insisto, atípico pero bien estructurado, denso y con varias cargas de profundidad al compromiso católico, lejano a la anécdota superficial y de las licencias líricas huecas, demasiado coloristas y queda bienes a la carta para contentar a las cofradías solicitantes. Me gustó, sí señor. Y a Pepe Membrado, muy a pesar de sus años, lo ví en forma, como cuando siendo más joven, fumaba aquella pipa venerable junto al ventanal de la gran vila iluminada junto al río, y cuando su potente vozarrón de barítono, retumbaba en las nervaduras de la iglesia, en esa bella cantata del Pregón Pascual de la Vigilia, que cantaba como nadie. Como cuando narraba las crónicas alcorinas en la COPE, desde la casa abadía que él regentaba. Y como casi siempre al final, los saludos de rigor y parabienes sinceros o de compromiso, y para la gran mayoría por una me entra y por la otra me sale.
Y es que en estos pregones y hablo por experiencia, uno casi está obligado a echar flores a todo dios, en una especie de juegos florales con capirote y tambor incluido. Subrayar aquellos elementos tradicionales y sensibles del lugar, para ganar el aplauso fácil, de quienes quieren(por eso te han llamado) escucharlo y recrearse. Y es lícito y seguramente lo normal. ¿Pero qué ocurre cuando el pregonero, se inviste de voz de la conciencia y, aún perifollado y con pajarita, canta las del barquero?. Y comienza a meterse con la Cofradía, sus dirigentes, el boato, el derroche, la ostentación, el folklore y a veces, la falta de caridad de quienes deberían ejercerla al máximo por lo que son y representan. Y cuando en el discurso el pregonero se pone en plan “integrista”, y ataca a los “Herodes con bata blanca”, o sea a los médicos abortistas. Y se mete con el despipote botellonero y libertino de la juventud, a tenor de la píldora del día después, aludiendo a la castidad. Mientras tiene en primera fila de butacas junto al señor arzobispo, al alcalde socialista o de IU, concejales, mayordomos etc... algunos promotores o consentidores de esas políticas, que están mirándolo como a un bicho raro con chaqué, salido de ultratumba.
Eso tienen los pregones, te arriesgas a que el Pregonero ese día investido de inspiración divina y tocado por el Espíritu Santo, tome el Catecismo de la Iglesia Católica en vigor, y ponga en solfa a toda la audiencia, sin una mala rima que edulcore el sentimiento cofradiero expectante.
Eso hizo Mosén Membrado, pero con sutileza y diplomacia, sin agraviar a nadie, en su estilo. Pero poniendo los puntos sobre las íes, y es muy de agradecer en los tiempos que corren, demasiado confusos y adulterados en las cuestiones de la fe. Mi enhorabuena Pepe.
Al pregonero de la Semana Santa de Sevilla, aún y recorriendo hermandades, barrios, pasos y saetas, con descriptiva y meticulosa devoción, con amena lírica narrativa, lo tacharon de “Pregonator”, por profundizar en los misterios de la fe católica, y levantar (que no la Levantá), algunas alfombras sucias, sin barrer, de la sociedad sevillana, que seguro no se alejará demasiado de la nuestra.
Y es que el Pregón de la Semana Santa tiene estas cosas, igual le canta el Pregonero con vistoso verbo a: los lirios y la seta, al toque del tambor, al Cristo Nazareno y a la Virgen de la Soledad, a los bellísimos pasos con sus varales de plata repujada, a la cera, al incienso y a la flor del naranjo.
Como de pronto piensa en el Espíritu Santo, se da cuenta el hombre de la que está cayendo, y comienza a trinar sobre la crisis, el despilfarro, el oropel, y en un arrebato imprevisto pone firmes a la concurrencia, pasa el plato o la bolsa, y se lo entrega a Cáritas, que a fin de cuentas Jesús Nazareno, llamado el Cristo es lo que hubiera hecho de estar aquí, y de entre otras cosas, para eso vino a este mundo la noche de Belén.
¿Se imaginan la cara de Hermanos Mayores, Mayordomos y demás público en general, sin Pregón a la carta y con el monedero saqueado?. Y es que hasta el Hermoso Pregón de la Semana Santa, tiene hoy sus riesgos. ¿Verdad Pepe?.
Este artículo no tiene desperdicio. Me ha encantado y es que lo ha bordado. Tiene chispa, humor, realismo y profundidad. Enhorabuena me lo he pasado pipa leyéndolo. A seguir escribiendo señor alvaro que al menos a mi, me animan mucho sus escritos.