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Por Vicent Albaro
Camins de l´Alcora - RSS

El pequeño consueta

    Ha aparecido recientemente el Libro consueta del peregrino de las ermitas. De tamaño de bolsillo, esta modesta publicación es a juicio del cronista oficial J.M. Puchol, el más pequeño y que más cosas contiene de los que conoce. Y a decir verdad está en lo cierto, pues en apenas 80 páginas la información que contiene es apabullante. Fundamentalmente la publicación pretende ser el consueta devocionario del peregrino, la guía para realizar una buena peregrinación pues contiene los cantos, salmos, oraciones, gozos, recorridos, altos en el camino, rituales, horarios, y el desarrollo completo del por qué de esta celebración. Contiene además colaboraciones puntuales del párroco de la villa Javier Aparici, el cronista Puchol, el albaero Vicente Benliure, el gegantero Agustín Gozalbo y vivencias de peregrinos veteranos sobre el particular. Nada de esto sería una realidad sin la ayuda y mecenazgo de la insigne Caja Rural san José de la ciudad.

    La guía de este año abre portada con un trabajo artístico de Javier Martín Vilar, un joven artista alcorense que cuenta en su haber con diversos galardones pictóricos en cartelería festera, tales como Fiestas del Cristo, Semana Santa, etc. dándole un aire fresco y moderno al librito. Además exhibe varias fotografías de caminatas y actividades de la pasada edición, así como una foto curiosa de Federico Martin y Juan Martí, arreglando los escalones de piedra a base de mortero y maza, ante el mal estado que presentaba la escalinata de la ermita del Salvador, que desde que se trazó una ruta pedestre, igual pasan peatones, bicicletas que motos, y claro, las vetustas piedras se resienten del mal uso. Así que la pasada jornada de la Dobla, los albañiles espontáneos a parte de merendar, se dedicaron a reparar la escalinata y podar el rústico jardín que da acceso a la ermita.

    Otro capítulo interesante son los cantos gregorianos que se cantan durante el recorrido, el Regina Coeli, Liberame Dómine, Veni Creator Espíritus, Exurge Domine, O Vere Deus, Salve Regina, etc…son cánticos antiguos de la Iglesia Católica que resuenan por las bóvedas de las ermitas, emocionando tanto a los cantores como a los que escuchan esas voces, sacadas de la noche de los tiempos. Otros cantos litúrgicos más modernos de Cesáreo Gabaraín, o Kiko Argüello, van completando el largo rosario de melodías que transcurren a lo largo del día, constituyendo una canción muy especial casi el himno de los peregrinos, se trata de la canción del peregrino del álbum el Profeta de un cantautor místico-protesta de los años sesenta, llamado Ricardo Cantalapiedra. Como podrá comprobar el lector, no falta casi de nada, y en la variación esta el gusto.

    Pero falta algo muy importante: Los Gozos a los Santos. Comienzan por los del Cristo del Calvario, de una complejidad interpretativa extrema, después los de Santa Ana de Araia, de San Cristóbal mártir y de San Vicente. En la pedanía de la Foia los gozos a San Miguel Arcángel y concluyen la jornada a última hora de la tarde con los del Salvador de Alcalatén. La entonación de estos cantos populares es muy similar de unos a otros y se repiten en casi todos los pueblos con ligeras variaciones. Por ejemplo los de San Cristóbal y del Salvador son muy semejantes. Los de San Vicente de Alcora muy parecidos en entonación a los de San Juan de Peñagolosa, y así in aeternum…pero una cosa tienen todos en común, la petición de gracias para el pueblo. Así por ejemplo en los de San Cristóbal se canta una bella estrofa que dice: “ Si los niños con fe pura/le envías en procesión/ es grande tu protección/ y a todos causas ternura./ Seguimos con los de San Vicente: “Los deseos que has tenido/ de socorrer a esta villa/ lo dice la maravilla/ de haberos aparecido”. Vamos al Salvador: “Sed divino Salvador/ guía y custodio de Alcora/ ella con favor te implora/ y espera tu protección”.

    Con la recuperación de los gozos para la peregrinación, hace ahora veinticinco años, entre un servidor y Pere Moliner (r.i.p), no solo se recuperó un agónico patrimonio local en cuanto a musicalidad se refiere. Fue algo mucho más profundo y que cala en las mismas raíces religiosas de la Peregrinación por las Ermitas, descubrir la simbología y significado primigenio de esas edificaciones camperas de nuestro pueblo. Bellísimas en su construcción, privilegiado entorno paisajístico, lugar de peregrinación secular y sobre todo, foco de fe, altar petitorio, ante las numerosas miserias humanas. Y es que pedir salud, paz y lluvia de los cielos es como pedir que acabe la enfermedad, las guerras y el hambre. Tan viejo en la historia que hasta las letras de nuestros gozos lo recalcan con machacona repetición.Y es que no hay nada nuevo bajo el sol. Solo hay que abrir los oídos para escuchar y los ojos para ver.

    Un bello librito para guardar, un pieza de museo para recrearse en los momentos de intimidad y solaz espiritual. Recomendable sin ningún género de dudas.

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