Nos conviene crear tensión
Y le salió bien el plan, cumplió su objetivo de conseguir el mando en plaza, y continuar con su ideario de perpetuar a la izquierda en el poder. Destrozando a la oposición pepera, hincándole la faca bandolera donde más le duele, ese vientre acomplejado de estigmas del pasado franquista, del que huye como de la peste. Y si una vez le salió bien, ¿Por qué no intentarlo de nuevo?. Eso si, que no se note, ni traspase, ni se vea, como la compresa feliz. Ahora vuelven a las andadas con un movimiento sin color, -eso dicen ellos- sin alterar el orden público, pacíficamente a lo power flower, -eso dicen ellos-, pero soliviantando de momento al ciudadano ante unas elecciones (ya volvemos a lo de siempre), que en principio se espera sea la debacle del tensionador. Ellos, lógicamente no saben nada de estas espontáneas pero bien coordinadas actuaciones, que no van a respetar –según dicen- ni la jornada de reflexión.
¿Cómo se le llama a eso?. Tiene un claro nombre, coacción, tensión, presión para salir como un avispero a votar los antisistema pero que viven muy a gusto en él, y así poder desmontar las encuestas desfavorables, repitiendo la fórmula exitosa de otros tiempos. Pero puestos a la alta tensión, siempre peligrosa según los carteles cadavéricos de Hidroeléctrica, está la teoría del fracaso y la decepción. Los que votaron alegres y confiados la frescura de ZP, con ceja incluida, conscientes del desastre que ha producido, en vez de castigarlo en las urnas como todos los demócratas del mundo mundial, quieren cargarse el sistema, porque es el sistema el que no funciona. O sea, la revolución en plan guay del paraguay entonando a coro libertario la Gallineta de LLach o L’Estaca, que anima mucho más. Todo menos darle la oportunidad a la derecha que enderece la situación, como ya demostró en pasadas debacles socio económicas del socialismo.
Hay una manida frase de quien votó y le han decepcionado los políticos en quien confió, y no quiere ver nada más. Espeta con resignación y cierta acritud: “Todos son iguales”. Pues va a ser que no. Y no está la clase política para que le echen flores, ni almibarados piropos. Sino más bien todo lo contrario, pero todos no son iguales ni mucho menos. Ni todos son unos santos, ni unos piratas que de todo hay en las distintas agrupaciones políticas. Pero la decepción es tan grande, que duele mucho reconocer que ZAPATERO me ha arruinado, y yo le voté(Sic).
A esta democracia, nacida de la Constitución de 1978, se le ha hecho mucho daño en los últimos tiempos. Los tres poderes del Estado andan confusos y amancebados, el ciudadano lo percibe con rutilante claridad. El gobierno mal gobierna, los jueces no son justos, y el maligno sale airoso demasiadas veces confundiendo y alentando su progresión. El delito sale casi gratis. La crisis económica amenaza con derribar a demasiada gente, que confió y firmó su destino con irreflexiva alegría. La banca cerrada a cal y canto, anda al embargo de bienes primarios y elementales, dejando en el desamparo a demasiada gente. El paro crece, el subsidio se acaba. Los comedores de Cáritas, y asistencias de caridad de la iglesia católica, no dan cobro a tanta demanda. Tantos dolidos y desamparados si que pueden llegar a ser peligrosos, si son conscientes de su situación, y de que ya nada les queda por perder. Esos me preocupan más, me identifico con ellos más, que con los pijos de la blacberry de la Puerta del Sol. Ansiosos por vivir su mayo del 68 hoy, como heridas imaginarias de revuelta progre, de tantos como dicen que estuvieron, y si fuera así no hubieran cabido en aquel París. Pasa como con los progres de hoy en día, todos corrían delante de los grises, todos eran antifranquistas, de boquilla claro está. Para muchos su papá era un gran preclaro del régimen, y ellos unos privilegiados desagradecidos.
Esperar para ver en qué quedan las acampadas. Si son de verdad heterogéneas y sinceras. Pero es de esperar que el color bermejo con un toque ácrata invisible lo tiña de pronto todo, y aparezcan okupas y demás fauna antisistema. Lo que si queda claro que la tensión se ha creado ya, e irá en aumento en los próximos días.
Y mira qué casualidad, en vísperas de unas elecciones aunque sean municipales. ¿No habrá ahora micros abiertos e indiscretos ante tanta asamblea?.
