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Por José Luis Esteban
Andanada de sol - RSS

Viaje del Club Taurino de Alcora a Madrid y Valladolid

    Ya se ha convertido en una tradición, a la vez de una de las actividades más ansiadas por un nutrido grupo del Club Taurino de Alcora que esperan impacientes el puente, bien del 9 de Octubre, o bien el del Pilar para realizar el viaje cultural taurino, que, como siempre, prepara con cariño la Junta Directiva del Club. Este año ha sido el más numeroso en cuanto a socios participantes, ya que la Junta decidió evitar el tradicional sorteo y añadir al autobús un furgón satélite. No se vayan a pensar ustedes que en Alcora no hay crisis, ni mucho menos, pero la Directiva del Club preparó un viaje completo, pero económico y muy asequible a todos los bolsillos de los asociados.

    Así pues, a las seis en punto de la mañana del sábado seis de Octubre partía el autobús de Domingo conducido por él mismo, que además de ser un excelente conductor es también un gran taurino.

    A medio día llegamos a Madrid y tras dejar el equipaje en el Hotel Parque de las Avenidas fuimos a comer al restaurante Puerta Grande. Allí, como siempre, los hermanos Losada nos atendieron magníficamente, sirviéndonos una comida espectacular. En los postres, el presidente del Club, Eliseo Fabregat, le hizo entrega a Miguel Losada de varios libros de nuestra historia, ya que el restaurante forma parte de la misma, a lo que el propietario de éste correspondió regalándonos un ejemplar de Antonio González Pérez, titulado “50 Ferias de San Isidro”. Por cierto, nos alegró ver lo bien que luce nuestra placa de cerámica del Club, conmemorativa como “Peña Ejemplar 2007” en una de las paredes del salón comedor principal del restaurante. Eso siempre enorgullece a cualquier alcorino que se acerca a comer por allí. Por la proximidad de Las Ventas llegamos paseando tranquilamente a la Plaza, pues se vaticinaba un excelente cartel con toros de Valdefresno para tres toreros jóvenes, valientes, técnicos y embraguetados, Sergio Aguilar, Iván Fandiño y David Mora.

    La plaza estaba prácticamente llena, con un gran ambiente, por cierto, allí saludamos a Salvador Guinót, presidente de la peña Chicuelina de Onda, buen aficionado y amigo.

    La presentación de los toros fue excelente, pero solo se quedó en eso, en trapío, también nobleza boba que rallaba la sosería por su forma de embestir, pero lo más negativo su escasa fuerza. Daba la sensación que salían drogados de los chiqueros. Se lidiaron 5 de Valdefresno y uno de hermanos Fraile Mazas lidiado en tercer lugar. Me sorprendió el público de Madrid, daba la sensación de no estar en la plaza más importante del mundo. Para mí no era el mismo público que asiste en San isidro, incluso el tendido 7 estaba aletargado, sin ningún atisbo de protesta ante toros inválidos, sin fuerza ni casta alguna, propiciando un total aburrimiento. Tampoco logro entender al presidente de la corrida que le concedió la oreja a Iván Fandiño en su primero, cuando no hubo tan apenas petición por parte del respetable. Así pues, escuchó una sonora bronca cuando recogió la oreja.

    Cabizbajos, cabreados y disgustados salimos de la plaza. Allí saludamos al Chano que lo llevaba su esposa en una silla de ruedas. Cenamos en La Taurina, donde vimos la repetición de la corrida por Canal + Toros, dándonos la sensación de presenciar una corrida totalmente diferente. Con planos cortos transmitían sensaciones irreales, que no tenían nada que ver con las vividas en la propia plaza, lo que corrobora que la televisión todo lo magnifica.

    A la mañana siguiente partimos hacia la finca “El Canto de los Palancares” en Manzanares el Real, donde se encuentra la ganadería “Flor de Jara”, propiedad del matador de toros de Colmenar Viejo, Carlos Aragón Cancela, en plena ladera de la sierra de Guadarrama, creada en el año 2008 con la compra en su totalidad de reses a Joaquín Buendía en Bucaré, por lo tanto puro encaste Santa Coloma.

    Muy amablemente nos la enseñó el mayoral, Octavio Leiro, que hizo de excelente anfitrión. Disfrutamos ver galopar las vacas, acosadas por el propio mayoral montado en una preciosa jaca colina torda, por el prado donde realizan la tienta a campo abierto. Nos encantó su preciosa plaza de tientas, toda de piedra, con los burladeros con tejadillo y el amplio interior de su salón semicircular que da a la plaza y donde cómodamente se pueden seguir los tentaderos en invierno, bajo el calor de la lumbre y sentados tomando un sabroso aperitivo. Nos obsequiaron con un tentempié regado de buen vino mientras esperábamos la llegada de la peña taurina “Amigos de la plaza de toros de San Clemente” (Cuenca), recientemente nombrada Peña Revelación 2012, juntos nos acercamos al pie de la montaña de “La Pedriza” donde pudimos contemplar los Santa Colomas de Flor de Jara. Quizás lo único que eché en falta fue haber disfrutado de ver tentar a nuestro becerrista Sedano Vázquez que, como socio del club, nos acompañó en la mañana campera.

    Tras una suculenta comida en el restaurante El Doblao, continuamos nuestro viaje a Valladolid. Capital de Castilla León, cruzada por el Pisuerga, con su plaza de toros en pleno paseo Zorrilla, divino casco viejo donde cenamos de tapas, su iluminada plaza Mayor, su preciosa catedral, Monasterio de San Benito, Teatro de Zorrilla, Hoteles Amadeus y Mozart. Allí el viaje tomó un cariz más enocultural, visitando al día siguiente las bodegas “Protos”, excavadas en la falda de la montaña del Castillo de Peñafiel. Laberinto de galerías bajo la montaña unidas bajo tierra con una nueva bodega diseñada por el arquitecto Richard Rogers convertida en una joya arquitectónica que da cobijo a diez mil barricas, donde degustamos un excelente tinto de crianza y un afrutado blanco verdejo de sabor a manzana.

    Como el vino forma un binomio indisoluble con la gastronomía, aprovechamos el marco que nos ofrecía el viejo molino sobre el Duero, convertido ahora en un atractivo restaurante, para disfrutar de un apropiado maridaje, combinando así un excelente ribera con un sabroso y tierno cabritillo lechal asado en horno de leña al más puro estilo medieval.

    El martes nueve, ya de regreso, festejamos el día de nuestra Comunidad visitando una de las localidades más bellas de la provincia de Soria. El Burgo de Osma, considerada conjunto histórico nacional desde 1993. Ciudad amurallada donde nos paseamos por su calle Mayor porticada, donde se ubica el palacio episcopal, enfrente su plaza Mayor donde se encuentran el Hospital de San Agustín y el Ayuntamiento. La calle desemboca en la plaza de la catedral dedicada a la Asunción. Fue un gusto ver su preciosa plaza de toros, toda de piedra y muy bien conservada construida en 1905. Y como colofón final degustamos una excelente comida de ingredientes tradicionales combinada con la cocina más innovadora de cocina creativa y de autor. Se trata del restaurante del Hotel Virrey Palafox, considerado por muchos el mejor restaurante de Soria y uno de los más reputados de Casilla y León.

    Y con ese buen sabor de boca, al anochecer, llegamos a Alcora.

    Desde aquí felicito a la Junta, presidida magníficamente por Eliseo Fabregat, por el gusto que han tenido en la confección de este viaje, así como por sus atenciones para con todos los asociados, logrando así propiciar un viaje encantador, agradable y enriquecedor.

      

      

      

      

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