Danza, poesia y zapatos rojos contra la violencia de género en Godella
El Día Internacional Contra la Violencia de Género se reivindicó en Godella con una concentración en la puerta del consistorio. A las 12 horas del 25 de noviembre acudían a la cita regidoras, regidores, personal del Ayuntamiento y un buen puñado de vecinos y vecinas. Destacaban las tres asociaciones de mujeres del pueblo. Acompañadas por las mujeres mayores de la residencia La Saleta, A Cada Luna, las Amas de casa Tyrius y Mujeres por la calidad de vida colaboraron activamente –una vez más—en la lectura de poemas contra la violencia de género. La Jove Companyia Gerard Collins se encargaba de dar el toque más fresco, con una actuación de danza a cargo de alumnas de su programa de formación intensiva. Al final, siguiendo una iniciativa de la artista Elina Chauvet, fueron homenajeadas las mujeres asesinadas en España durante 2019, con un zapato rojo por cada una de ellas.
La regidora de Igualdad Teresa Bueso inició el acto recordando el compromiso del Ayuntamiento en la lucha por la igualdad. Pidió a las instituciones que destinen recursos económicos para desarrollar políticas en este sentido. Por último, destacó toda una serie de iniciativas que el Ayuntamiento de Godella ha puesto y pondrá en marcha durante la presente y pasada legislatura. "La acción contra todo tipo de violencia contra las mujeres, y la lucha por la igualdad, son un eje central de la acción de nuestro grupo de gobierno", añadió.
A continuación, estudiantes de la Jove Companyia Gerard Collins ofrecían una performance de danza. Su presencia y actuación –fruto de la colaboración con la concejalía de Cultura— fue valorada muy positivamente por las personas asistentes. Más tarde, las asociaciones de mujeres y residentes de La Saleta leyeron poemas y escritos en contra de la violencia machista. Antes de guardar el minuto de silencio, se depositaron 52 zapatos rojos sobre un lazo morado en la puerta del consistorio. Vecinos y vecinas se acercaban de forma espontánea a recoger los zapatos para disponerlos todos juntos en medio del corro que formaban las personas concentradas. Mientras tanto se leían los nombres de las víctimas. La última fue asesinada en Tenerife el mismo 25 de noviembre. Sara.
