Santiago Lago: “La escala municipal que tenemos en España es un mapa que está petrificado desde que lo diseñamos en el siglo XIX”
Hoy ha arrancado la 33a edición de la Universitat d’Estiu de Gandia con una jornada dedicada al territorio, la sociedad valenciana y el desarrollo como parte de los cursos vinculados con el lema de este año ‘La organización territorial: de la escala local a la global’.
Andrés Boix, profesor del departamento de Derecho de la Universitat de València, y Santiago Lago, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Vigo, han comparecido en rueda de prensa para dar a conocer las cuestiones que han abordado en el curso ‘Democracia desde abajo: una nova agenda para la mejora y ampliación de las funciones de los gobiernos locales’ en el cual han intervenido.
Boix ha explicado que este curso pretende responder o al menos reflexionar sobre el enfoque que hay que dar a la acción municipal para a garantizar una mejor calidad y capacidad de los servicios así como para mejorar la participación de la ciudadanía en este ámbito. Todo ello, con una visión interdisciplinar que aborda los problemas de la escala local desde la perspectiva económica, la relación entre los entes administrativos locales y finalmente con un enfoque enmarcado en el ámbito de la geografía humana, prestando atención a las dinámicas y problemas de escala en la dinamización económica a nivel local.
Por otro lado, el profesor Lago ha matizado que en la actual composición territorial, aunque se han hecho ciertos avances en la escala regional, nos encontramos con una escala local anticuada donde se producen problemas de ajuste entre los servicios que han de prestar los municipios y el tamaño, que aumenta progresivamente y que impide una prestación eficaz. “El mapa en la escala global en España está petrificado desde el siglo XIX, no lo hemos modificado en esencia”, ha añadido.
Como solución, tanto Boix como Lago, proponen ser ambiciosos y buscar soluciones flexibles para a cada situación y problemática, testándolas y haciendo ensayos previos antes de su aplicación y transformación en reformas legislativas. “En caso contrario, corremos el riesgo de generar frustración y tiempo perdido”, ha concluido Andrés Boix.
