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Del Cocoloco del Mondúver a convertir las pasarelas del final de la playa de Gandia en el nuevo punto de encuentro de los jóvenes

Del Cocoloco del Mondúver a convertir las pasarelas del final de la playa de Gandia en el nuevo punto de encuentro de los jóvenes
  • Encontrar un banco libre en las pasarelas de madera es casi una odisea cada fin de semana desde que están en vigor las restricciones

La pandemia del Coronavirus va marcando los cambios inevitables del día a día de la sociedad.

Los jóvenes son los más cambiantes y los que mejor se adaptan a todo, por lo que en Gandia se ha ido viendo esta evolución con el avance del COVID-19.

Con el cierre de toda la hostelería los motivos sociales se habían reducido a pasear hasta la cima del Mondúver o del Molló, convirtiéndolo en un reclamo social como lo fue la famosa discoteca Cocoloco, pero con la diferencia de aprovecharlo para hacer deporte.

Las sendas y rutas de montaña por la zona eran el punto más concurrido de Gandia por la escasez de planes sociales compatibles con las restricciones.

Conforme avanzan las normas, la juventud va cambiando sus hábitos, algo que les ha hecho escoger su nuevo punto de encuentro social.

Jamás los bancos de las pasarelas de madera del final de la playa de Gandia habían estado tan concurridos como estos últimos fines de semana.

Encontrar un hueco libre en los bancos es casi misión imposible de viernes a domingo.

Los bancos repletos de jóvenes son las gradas perfectas para ver el pasacalles de gente caminando o haciendo deporte, que miran para un lado y el otro asombrados por ver a tanta gente observándoles.

El buen tiempo y las temperaturas casi veraniegas hacen que los jóvenes tengan incluso más ganas de acudir a la playa y encontrar el acomodo perfecto en las pasarelas, un lugar ideal también para ver las redes sociales llenas de las instantáneas que deja el atardecer y el mar de fondo.

Si antes fueron las sendas del Mondúver y del Molló, ahora podemos decir que el nuevo Cocoloco elegido por los jóvenes de Gandia son las pasarelas del final de la playa, punto perfecto para sus reuniones sociales al aire libre; efectos que provoca la escasez de planes por las duras restricciones derivadas de la pandemia.

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