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Compromís lamenta que el Gobierno aplauda el acuerdo Europa-Vietnam a pesar de reconocer que es una amenaza para el arroz valenciano

Compromís lamenta que el Gobierno aplauda el acuerdo Europa-Vietnam a pesar de reconocer que es una amenaza para el arroz valenciano
  • Mulet critica la relajación del Gobierno en acuerdos que acaban siendo letales para el sector primario valenciano

El portavoz de Compromís en el Senado, miembro de la Comisión de Agricultura de la Cámara Alta, Carles Mulet, presentó recientemente una pregunta escrita al Gobierno después de la votación en el Pleno del Parlamento Europea del Acuerdo de Libre Comercio entre la Unión Europea y la República Socialista de Vietnam, por la amenaza que suponía este para el sector arrocero valenciano, después de la experiencia de los acuerdos con Myanmar y Camboya.

Mulet recordaba en su pregunta que, según los datos publicados por el Ministerio de Agricultura, actualmente el precio del arroz importado de Vietnam está alrededor de los 335 €/t., sin aplicación de acuerdos preferenciales, a diferencia del español que está a 485 €/t. Mientras que España produce alrededor de 836 mil toneladas, de las cuales exporta, principalmente al resto de la U.E. 245 mil toneladas, Vietnam produce 44,2 millones de toneladas.

El Gobierno ha respondido a Mulet que “es plenamente consciente de los eventuales perjuicios que podría ocasionar el ALC Unión Europea-Vietnam al sector arrocero valenciano” pero a pesar de ello, aplaude el mismo. “Parece una especie de burla darse por satisfecho afirmando sin rubor que actualmente en todos los acuerdos comerciales Unión Europea con terceros se incluye un capítulo sobre “Desarrollo Sostenible” y al mismo tiempo afirmar que España ha insistido en que la Comisión Europea ponga especial atención en velar por la reciprocidad en materia medioambiental y fitosanitaria, en los acuerdos de libre comercio que se alcancen por parte de la Unión Europea. Osea, que esos capítulos de desarrollo sostenible que sirven como excusa, carecen de medidas yaplicación práctica”, ha señalado.

El Gobierno igualmente afirma que “se considera muy positivo que las instituciones europeas estén previamente sensibilizadas sobre los riesgos que entraña para determinados sectores sensibles. Junto a ello, los mecanismos de protección previstos, especialmente las cláusulas de salvaguarda, constituyen una garantía de protección, que el Gobierno no dejará de impulsar ante la Comisión en caso de necesidad. El mantenimiento de unas explotaciones arroceras sostenibles es primordial para el Gobierno de España, ya que no solo contribuyen a mantener un tejido económico-social en las zonas rurales donde se encuentran, sino que además generan valor medioambiental al ubicarse en zonas de especial protección, como es el caso del Parque Natural de Albufera y el de Pego-Oliva de la Comunidad Valenciana”.

Para Mulet, este tipo de afirmaciones son para ponerse a temblar. Mulet ha remarcado que “las dice el mismo Gobierno que se ha negado de manera reiterada a ni siquiera pedir iniciar investigaciones para ver si procede o no aplicar la cláusula de salvaguarda a los acuerdos comerciales con las cinco repúblicas sudafricanas que están afectando tan gravemente al sector citrícola valenciano y español. Que tengan la poca vergüenza, ahora, de invocar “una reivindicación de colaboración activa por parte de España, una cláusula de salvaguardia que está actualmente en vigor, desde el 18 de enero de 2019, para los arroces elaborados procedentes de Camboya y Myanmar”, cuando España se negó reiteradamente y hasta en el propio Senado por parte de la entonces ministra del ramo del PP, a solicitar esta cláusula de salvaguarda para el arroz, exigida desde 2018 por parte de Compromís. Ésta única y exclusivamente fue impulsada por Italia, nunca por España”.

Mulet ha lamentado este tipo de posicionamientos del Gobierno. “Por un lado reconocen que se firman acuerdos con terceros países que son letales para el sector primario valenciano. Les advertimos. Reconocen estos efectos, pero los ratifican, con la excusa de que existen mecanismos para una vez hecho el daño, pedir medidas. Pero cuando les pedimos aplicar esas medidas, son los primeros en negarse, para después, los representantes de este partido, que votan y ratifican acuerdos y tratados letales como el CETA, TTIP, con Camboya y Myanmar, con Sudáfrica, con Mercosur, con Vietnam…quieren ser los primeros en las fotos y las pancartas. Ello demuestra hipocresía y que el campo les importa nada. Lo normal sería analizar antes estas situaciones de firmar acuerdos, y que la agricultura no fuera la moneda de cambio, pero ya hemos visto que no es así”, ha lamentado.

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