Thomas Lux aboga por nuevos modelos macroeconómicos que incluyan el sector financiero y la economía real para evitar futuras crisis
«Es necesaria una nueva macroeconomía», así lo afirmó Thomas Lux, catedrático del Banco de España en Economía Computacional en la Universitat Jaume I, en la primera sesión del ciclo «Diálogos de la Llotja» celebrada el 26 de febrero bajo el título «Relaciones bancarias, contagio y crisis financiera».
Thomas Lux, que fue entrevistado por el catedrático de Macroeconomía de la UJI Vicent Orts, presentó los análisis de las redes interbancarias y empresariales que está llevando a cabo la UJI junto a otras universidades y entidades europeas dentro del proyecto FinMaP (Financial Distortions and Macroeconomic Performance: Expectations, Constraints and Interaction of Agents), un proyecto coordinado por el catedrático y que cuenta con una financiación de la Unión Europea de más de dos millones de euros.
Según Lux, a través del estudio de estas redes se pueden determinar qué entidades son más importantes y requieren de supervisión para evitar posibles efectos contagiosos que puedan llevar a la bancarrota. «Hay que determinar los bancos que están más conectados y son sistémicamente importantes para estudiar así una regulación que establezca límites en el número de conexiones interbancarias o en la cantidad de fondos que se pueden prestar entre ellos» explicó el catedrático.
En esta línea, Lux explicó que el objetivo del proyecto es encontrar nuevos modelos macroeconómicos para emprender otro tipo de políticas monetarias ya que los modelos actuales no permiten explicar ni prever la crisis. Según el catedrático, cuando se produjo la crisis en 2008 no había ningún modelo que tuviera en cuenta el dinero líquido ni los mercados financieros que es donde tuvo su origen la crisis. «Hay que incluir principios que incluyan el sector financiero, estudiar la heterogeneidad de los sectores e introducir la economía real. Además, no hay que perder de vista las interconexiones entre entidades para ver la fragilidad del sistema y así poder regular y evitar que los bancos se conviertan en auténticos monstruos» concluyó el catedrático.
