El PSPV plantea medidas para reducir la contaminación acústica del nuevo colegio del grao y evitar molestias a los vecinos de la zona
El equipo de gobierno se ha comprometido a estudiar la colocación de pantallas antirruido y a fijar la entrada principal por la avenida de los Pinos
Sabater planteó su rechazo por el emplazamiento del centro en la parcela. El edificio se alzará pegado, con una mínima separación, a un grupo residencial, que sufrirá la contaminación acústica que genera el alumnado en sus entradas y salidas del centro, así como en las horas de ocio en el patio. “El único lugar en el que podía molestar ha sido el elegido para ubicar el colegio”, señala Sabater. El colegio tendrá dos plantas de una altura de siete metros y se sitúa entre las calles Joanot Martorell, la Estrella y la avenida de los Pinos.
En un principio, se había previsto colocar puertas de acceso por las tres vías, con entrada principal por la Estrella. Una decisión que impedirá el acceso de los autobuses escolares y causará trastornos al tránsito peatonal. Además, se pretende habilitar un callejón peatonal de separación del centro con las viviendas, que, según Sabater, constituirá un foco de delincuencia e inseguridad. “La experiencia demuestra que estos viales sólo generan problemas”, dice.
“El equipo de gobierno municipal no debe haber visto ni siquiera los planos. Ya sabemos que la construcción de colegios no es su fuerte, pero el desinterés por este proyecto se ha hecho evidente”, agrega Sabater. La concejala socialista ha propuesto que la entrada principal se fije en la avenida de los Pinos, y no por la calle la Estrella como se preveía, así como que se instalen pantallas antirruido para evitar molestias a los vecinos.
Representantes de la asociación vecinal Puerta del Pinar II solicitaron hace tres meses una reunión con el concejal de Urbanismo, Javier Moliner, sin obtener respuesta. Los residentes detectaron estas anomalías en el proyecto desde su inicio y pretenden subsanarlas antes de acabar la ejecución de las obras. “Si el Ayuntamiento y la empresa pública Ciegsa se niegan a hablar con los vecinos, serán corresponsables de los problemas de convivencia que se registren en el futuro”, concluye Sabater.