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La presidenta de la Fundación Trilema habla sobre los maestros del futuro en el CEU de Castellón

La presidenta de la Fundación Trilema habla sobre los maestros del futuro en el CEU de Castellón
  • Con la charla de Carmen Pellicer arrancan los encuentros con profesionales y expertos en educación que organizan anualmente los Grados de Magisterio de este campus

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¿Cómo deben ser los maestros del futuro? Carmen Pellicer, presidenta de la Fundación Trilema y uno de los referentes de la educación en España, ha tratado de responder a esta cuestión en la charla “El rol del docente en la formación integral: la maestra que quise ser”, que ha impartido a los estudiantes de primero de Magisterio del CEU de Castellón y con la que arrancan los encuentros con expertos y profesionales de la educación que organiza todos los años esta titulación. Una actividad que, debido al interés que ha despertado, se ha abierto a estudiantes de otros cursos, así como de los campus de Elche y Valencia de esta Universidad, a través de videoconferencia. 

“Lo más importante para ser un buen maestro es ‘enamorarte’ de tus alumnos. Ser capaz, cada año, de quererles lo suficiente para dejarte la piel y, sobre todo, para no tirar nunca la toalla”, ha asegurado la también presidenta de la Asociación Española de Coaching Pedagógico y Evaluación Educativa. En su opinión, “un buen profesor puede cambiar la vida de un niño para siempre; una buena escuela, una comunidad; y un buen sistema educativo, todo un país”.  

A lo largo de su charla, la pedagoga se ha referido a los retos del sistema educativo, incluyendo los de la pasada pandemia, de la que, ha recordado, “no hemos aprendido lo suficiente, pues estamos volviendo a la más terrible y rutinaria realidad en el plano educativo”. 

Pellicer está convencida de que el confinamiento, dejando de lado sus consecuencias más dramáticas, fue una “gran oportunidad para ‘desobedecer’ todas las reglas” y repensar la escuela tradicional. La Covid, ha añadido, trajo consigo aprendizajes clave para los educadores, más allá del reciclaje tecnológico, como el de “conocer mejor a nuestros alumnos, ‘entrando’ en sus hogares, y comprender algunas de las cargas personales con las que muchos de ellos acuden a la escuela”. “Una lección que, ha subrayado, no debemos olvidar”.  

Y es que, según la presidenta de la Fundación Trilema, “la escuela es la gran oportunidad para vencer la brecha  sociocultural y económica”. “Un niño no puede elegir su infancia, su familia, su raza, su religión o su físico… pero una buena escuela puede cambiarle el destino, y eso nos hace responsables, a los maestros, de su futuro”, ha continuado. “Y esta tensión la tenemos que mantener viva a lo largo de toda nuestra vida profesional”, ha recordado la ponente a los futuros maestros que se están formando en el CEU. 

El mundo que viene 

En opinión de la experta, la Covid permitió poner el foco en lo importante: ¿cuáles son los aprendizajes que vamos a necesitar para el mundo que viene? Y eso, ha señalado, “supone superar muchos de los problemas que tiene nuestro sistema educativo, como el conformismo con la mediocridad o la visión individualista del funcionamiento escolar”. Dos de los lastres a los que, ha afirmado la experta, se suman “las tasas demenciales de repetición de curso, que está demostrado que no sirven para nada y además suponen un coste altísimo que podría dedicarse a invertir en la mejora de la formación del profesorado y del sistema educativo”, así como las evaluaciones permanentes entendidas “como herramienta de motivación para el aprendizaje”. 

En la escuela por la que debemos trabajar, ha proseguido Carmen Pellicer, es fundamental trabajar en equipo para “responder al reto de cómo quiero que sean mis alumnos cuando sean adultos”. En este sentido, ha destacado, es clave el aprendizaje en competencias, “usando los conocimientos como materia prima”, y también el rol del maestro y la escuela, “que ya no son los dueños de la información que proporcionan a sus alumnos. Su función, ahora, es transformar esa información en conocimiento. Y una buena escuela la cambiará en carácter”. 

Pellicer ha subrayado, así mismo, la importancia de la formación permanente de los maestros, una conciencia que, ha señalado, está muy asentada en los médicos, “pero todavía no en nuestro cuerpo profesional”. “Hasta que los maestros no interioricen que en cada hora de clase se juegan la vida de los niños y las niñas que tienen delante, no podremos avanzar”, ha asegurado. 

La ponente, que ha compartido con los futuros maestros las claves del modelo educativo de la Fundación que preside, así como las conclusiones de algunas de las numerosas investigaciones en torno a la calidad educativa en las que ha participado, les ha animado a usar la frustración como motor profesional ante los inmensos retos que se les plantean. Entre ellos, la personalización y la inclusión. Y es que, ha recordado “No hay un alumno ‘normal’. Tendréis que diseñar itinerarios únicos para cada uno, porque cada uno tiene unas necesidades y unas posibilidades distintas”. “Si sois buenos, si aprendéis a querer a vuestros alumnos y a dejaros la vida en ellos, seguro que seréis grandes maestros y maestras”, ha concluido. 

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