El PSPV-PSOE denuncia que “el Ayuntamiento de Castellón y la Diputación provincial son el epicentro del caso Gürtel”

El secretario general de la Agrupación Municipal de Castelló, Pep Grau ha denunciado que la actuación del PP en las instituciones con presencia en la ciudad “está comprometiendo de manera grave a algunas empresas que, hasta hoy, han tenido una trayectoria de respeto a la legalidad y a las reglas del juego democrático”.

El dirigente socialista ha explicado que “no es casualidad que sean políticos de la derecha castellonense, vástagos políticos del líder provincial del PP quienes, hasta el momento, se han visto obligados a dejar sus responsabilidades políticas como resultado de su vinculación al caso Gürtel”, relacionado con la presunta financiación fraudulenta de su partido. Pero más escándaloso es que Alberto Fabra, el presidente del PP de Castellón “esté callado, no haya dado ni un solo dato de los exigidos por el grupo municipal socialista en el Ayuntamiento, ni ha abierto la boca para decir que no tienen nada que ver con Costa y su actividades supuestamente delictivas”.

Grau afirma que “Castelló se ha convertido en uno de los epicentros del escándalo Gürtel” y ello no hubiera sido posible “sin la existencia de una práctica continuada de actuaciones irregulares”. Añade que “la práctica del poder del PP en aquellos lugares donde gobierna con mayorías absolutas está, desde ya hace tiempo, dirigida a su perpetuación en el poder y para ello no ha dudado en el todo vale como mecanismo de acción política y de acción de gobierno”. Considera también que “no hay actuación política que no esté dirigida a la consecución de rédito electoral, desde el punto de vista de las prácticas clientelistas y desde el punto de vista de la obtención de presuntos beneficios económicos”.

“Al PSPV no le viene de nuevo todo este escándalo relacionado con la corrupción”, dice Grau, quien apunta que “desde mucho tiempo atrás estamos denunciando las corruptelas asociadas a algunos de sus máximos dirigentes, hoy incursos en actuaciones judiciales o en vías de entrar en los juzgados”.

En estos tiempos de profunda crisis económica, Grau considera que “la corrupción es terreno abonado para la fractura social y a la desafección de la ciudadanía hacia la política. La ciudadanía y las empresas merecen gobernantes que, lejos de de practicar el nepotismo y el clientelismo, defiendan sus intereses respetando la libre concurrencia y el juego democrático.