Marco revela que 27 altos cargos del Ayuntamiento de Castellón cobran más que un conseller del Gobierno valenciano

La portavoz municipal socialista de Castellón, Amparo Marco, cuestiona el “desbarajuste económico” existente en el Ayuntamiento, una institución que, a su juicio, ha entrado en una “espiral de gestión inadecuada y falta de capacidad para atajar la crisis e incentivar la recuperación”. “El Partido Popular no tiene verdadero interés de meter la tijera en el gasto público desbocado, lo que está llevando al Ayuntamiento al colapso financiero”, afirma.

En ese sentido, Marco revela que 27 trabajadores del Ayuntamientos, altos cargos de la estructura municipal, cobran más que un conseller del Gobierno valenciano (57.600) y algunos de ellos, incluso, más que el presidente del Consell, Alberto Fabra (67.000 euros). Se da la circunstancia de que algún asesor del PP supera el sueldo de un conseller, a pesar de tener solo un nivel 18 por su formación de bachiller. Un informe de la Intervención General advierte de que el importe del presupuesto dedicado a los complementos específicos rebasa el límite legal.

Marco considera que la situación no tiene sentido, especialmente en un momento de crisis como el actual en el que la Administración ha de favorecer la austeridad y rentabilizar los recursos. “Los gobiernos municipales de los últimos años han gestionado sin control, sin la responsabilidad política exigible a los representantes de la ciudadanía, y eso ha acentuado la crisis”, asegura.

Al respecto, recuerda que el Consell aprobó recientemente una orden que regula las condiciones de contratación del personal directivo del sector público y las fundaciones de la Generalitat, con el fin de que no puedan cobrar más que el presidente de la Generalitat. Los directivos de las empresas públicas o fundaciones de la Generalitat no pueden sobrepasar, ahora, los 55.000 euros anuales que cobra un director general de la Administración valenciana.

La portavoz del PSPV considera que “el PP está hipotecando la recuperación de Castellón al aprobar un presupuesto municipal para 2012 que no incluye inversiones reales, que incrementa la presión fiscal y castiga el consumo, que soporta un elevado endeudamiento a corto y largo plazo, y que no logra rebajar el gasto corriente”. “Con esta realidad económica, el Ayuntamiento no tendrá capacidad para ayudar a reflotar la economía”, dice.