ATEN3U teme que desaparezcan los recursos para el DCA si siguen los recortes a las asociaciones

Miembros de la Asociación de Daño Cerebral (DCA) ATEN3U de Castellón participan mañana, sábado, en la concentración convocada en Valencia por el Comité de Representantes de Personas con Discapacidad de la Comunidad Valenciana (CERMI CV) del que forma parte, en señal de duelo por la crítica situación actual de los servicios y programas de atención a las personas con discapacidad. La directora de ATEN3U, Amalia Diéguez, expresó su temor ante la posibilidad de que los recursos para abordar el DCA desaparezcan si siguen los recortes sociales.

La directora de ATEN3U considera que los recursos que hay en Castellón para atender a los afectados de DCA existen gracias al movimiento asociativo, que es el que se ha encargado de crear Centros de Día, grupos de autoapoyo, servicios de neuropsicología, logopedia, fisioterapia o talleres de reinserción laboral, así como de impulsar servicios esenciales, como la Unidad de DCA del Hospital la Magdalena.

En este sentido, Amalia Diéguez indica que los recortes y la deuda de las distintas administraciones públicas con las asociaciones que proveen estos servicios y programas de atención suponen una auténtica “tragedia” ya que, de seguir dichos recortes, es probable que desaparezcan “los escasos recursos” que en la actualidad sirven para paliar las necesidades más básicas de las personas con discapacidad.

Hay que recordar que el colectivo de personas afectadas por DCA en la provincia ha aumentado un 30% en los últimos años y que en la actualidad, se estima que existen alrededor de 5.000 personas con DCA en la provincia, de las que unas 4. 600 tienen dificultad para desarrollar las tareas básicas de la vida diaria. El 78% de estos casos se debe a accidentes cerebrovasculares (ictus, embolia, apoplejia, etc), mientras que el 22%, se refiere a tumores o traumatismo craneoencefálico (TCE).

La directora de la Asociación de Daño Cerebral Adquirido Ateneo, Amalia Dieguez, destaca que, paradójicamente, “mientras los casos de TCE han descendido debido, principalmente, al descenso de los accidentes de tráfico, la incidencia de ictus y otros accidentes cerebrovasculares se ha incrementado en personas menores de 65 años, sobre todo, por factores ligados al estrés, el trabajo o los malos hábitos alimenticios de la vida actual”.

En este sentido, Amalia Dieguez indica que, de las 4.600 personas con dificultad para realizar tareas a causa del DCA, 1.600 son menores de 65 años. Aproximadamente, la mitad, requieren plazas en Centros de Día; el resto, necesita apoyo para desarrollar su autonomía personal a través de servicios como viviendas tuteladas, espacios de ocio inclusivo, investigación, programas de prevención, formación, auxiliares de clínica, etc.