El movimiento Rebelión Científica llama a toda la sociedad a pasar a la acción frente a la emergencia climática
Ayer, jueves 2 de junio de 2022, tuvo lugar en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universitat Jaume I de Castelló, la presentación del movimiento Rebelión Científica, movimiento internacional formado por personas científicas y académicas que proponen la desobediencia civil noviolenta para conseguir que los gobiernos actúen frente a la emergencia climática y crisis ecológica.
Rebelión Científica nace a consecuencia de la pasividad de los gobiernos para responder a las urgentes acciones que demanda la ciencia desde hace más de 50 años (y que recoge el último informe sobre cambio climático publicado por el Grupo de Expertos de Cambio Climático de la ONU, IPCC).
Este informe hace un llamamiento desesperado para intentar reducir las consecuencias que tendrá el cambio climático sobre la economía, la salud y la conservación de los ecosistemas. Constata que la situación es irreversible y su gravedad dependerá de las acciones reales que se tomen en los próximos años. Dada la importancia del problema, y la falta de repercursión de los informes científicos, varios investigadores y académicos decidieron formar parte del activismo climático a través de la divulgación del problema y de la realización de acciones disruptivas que consigan que los gobiernos adopten medidas inmediatas que ayuden a mitigar el cambio climático.
La presentación se enmarcó dentro de la charla “Emergencia climática y crisis energética: revolución o colapso” a cargo de Juan Bordera, periodista y guionista, y Belén Díaz, ambientóloga, ambos activistas en Rebelión Científica.
Juan Bordera realizó una presentación aportando los datos científicos que evidencian la gravedad de la situación que vivimos y las consecuencias que ya estamos sufriendo y que, de no actuar, irán a peor, poniendo en riesgo la continuidad de la especie humana en el planeta.
“Según los datos, la opción más probable a día de hoy es el colapso” explicó. El propio IPCC en su último informe afirmó que el sistema económico actual es insostenible. “No se puede crecer indefinidamente en un planeta finito. Es imposible”. Con todos estos datos, Juan afirmó que “lo que está en juego es la vida y es necesario ver cómo nos organizamos como sociedad para solucionar esta situación” e insistió en la idea de que ya no queda tiempo. “Estamos muy cerca del punto de no retorno del planeta”.
Por su parte, Belén Díaz, aportó una visión más personal partiendo de la misma realidad científica, que tan bien conoce como ambientóloga. Compartió cómo en 2018, al finalizar sus estudios universitarios, se sintió tan abrumada por su conocimiento del deterioro del planeta que tuvo consecuencias en su vida y cómo lo superó a través del activismo. Díaz llamó a los y las asistentes a “abandonar la esperanza” y a “escuchar los datos científicos”. “No por desear que algo no ocurra, va a dejar de ocurrir” aseveró y animo a los y las presentes a conectar emocionalmente con los datos y a pasar a la acción de manera valiente y comprometida por coherencia con la realidad. “Os tenéis que plantear en qué lado de la historia queréis estar”.
El objetivo de ‘Rebelión Científica’ es “organizar acciones disruptivas o protestas potentes para concienciar al conjunto de la sociedad de la necesidad de dar un giro hacia políticas más verdes”. Para ello, las acciones estarán coordinadas con los movimientos de la misma índole que han surgido en otras partes de España. La sesión de ayer fue de carácter informativo y buscó reclutar miembros activos “para tener fuerzas suficientes” para emprender este tipo de acciones a nivel local.
