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El IVC+R restaura una colección de grabados del Instituto Francisco Ribalta

  • Se trata de la Colección de estampas de la Calcografía Nacional

El Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales (IVC+R) ha restaurado la Colección de estampas de la Calcografía Nacional del Instituto Francisco Ribalta de Castellón.

La Directora del Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, Carmen Pérez, ha presentado esta mañana la restauración, junto con el diputado Miguel Ángel Mulet.

La calcografía, grabado sobre plancha de cobre, con diferentes técnicas, fue durante siglos, el procedimiento habitual de reproducción de dibujos y pinturas, destinado tanto a la ilustración de libros y obras impresas, como a su difusión en láminas sueltas.

Antes de la aparición de la fotografía y la fotomecánica permitió conocer las obras de arte plástico a un público mucho más amplio. El arte del grabado recibió un fuerte impulso con la creación de la Real Calcografía en 1789, institución característica de la mentalidad ilustrada.

Con el tiempo y el desarrollo de otras técnicas de reproducción gráfica, el grabado quedó desplazado, pero pasó a tener un interés como obra artística por sí misma.

En la actualidad el Instituto Francisco Ribalta conserva una serie de estampas grabadas con diferentes técnicas que proceden de la Calcografía Nacional, antiguamente la Real Calcografía dependiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Esta institución, juntamente con el Taller de Vaciados, también dependiente del la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, surtían a los centros docentes que impartían clases de dibujo y actividades artísticas, de láminas y escayolas como material didáctico, a instancias del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. La Memoria del Curso 1904-1905 deja constancia de la llegada de ambas colecciones con lo que la cátedra de dibujo podía considerarse bien dotada.

De hecho en el Instituto existió hasta principios de los años sesenta una rica colección de figuras y relieves clásicos, que se fue deteriorando hasta su total desaparición al eliminar el aula de dibujo a causa de las imperiosas necesidades de espacio.

Mejor suerte tuvo la colección de grabados, localizada a principios de los años ochenta en una dependencia bajo la escalera principal, entonces dedicada a almacenar ejemplares del Boletín Oficial del Estado y otros materiales.

La colección, que se guardaba en tres viejas carpetas, la forman 170 grabados diversos por su tamaño, temática y técnica de estampación, catalogados en la actualidad por Jaime Peris Domínguez.

De la colección destaca la serie de trece cuadros de Velázquez reproducidos por Goya, que es la primera serie de grabados del genial artista aragonés, además de otras dos obras sueltas suyas: el Agarrotado y San Francisco de Paula; otra serie conocida es la del Picadero de Carlos IV, realizadas por diferentes grabadores sobre dibujos de Carnicero. Esta serie estaba destinada a una lujosa publicación sobre el arte de la equitación.

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