Investigadoras y profesionales abogan por homologar las etiquetas ecológicas para evitar engaños en los productos 'verdes'
Cuatro investigadoras y profesionales de distintos sectores han coincidido esta tarde en apostar por la homologación del diseño y el etiquetado ecológico, a través de marcos normativos rigurosos, reconocidos y verificables, para evitar las posibles confusiones y engaños de cara al consumidor en la comercialización de los denominados productos o servicios 'verdes' mediante ciertas prácticas de marketing ecológico fraudulento. Este ha sido el hilo conductor de las cuatro últimas ponencias del Curso de Verano de la Universitat Jaume I 'Ecodiseño y etiquetado ecológico. Una ventaja competitiva para empresas', celebrado desde el martes en la Llotja del Cànem de Castellón.
Dolores Bovea Edo, profesora del Departamento de Ingeniería Mecánica y Construcción de la UJI y codirectora del curso, ha iniciado su conferencia mostrando ejemplos de "mensajes vagos o engañosos, que anuncian ventajas ecológicas cuando en realidad simplemente están cumpliendo la normativa, lo que genera confusión entre consumidores y empresas". En su ponencia "Comunicación ambiental de productos: etiquetas y declaraciones ambientales", Bovea Edo se ha basado en la familia de normas ISO 14000, relacionadas con la gestión ambiental y el etiquetado ecológico.
"La norma marco 14020 establece que la información ha de ser veraz y contrastada por una tercera parte independiente, que sea clara y no induzca a error", ha señalado para abogar por "los sistemas voluntarios de valoración y calificación ambiental para crear un vínculo entre el consumidor y el fabricante que brinde información sobre productos o servicios e influya en la decisión de compra".
Así, la profesora de la UJI se ha referido a la etiqueta ecológica o ecoetiqueta, que establece criterios verificables de eficiencia ambiental, como es el caso de AENOR Medio Ambiente, el Institut Català de Garantia de Qualitat Ambiental o la Etiqueta Ecológica Europea, estas dos últimas muy utilizadas en establecimientos de turismo rural y servicios en general.
Por otro lado, Dolores Bovea ha explicado las características de la autodeclaración ambiental, por la que el fabricante ofrece voluntariamente información sobre el impacto de un producto o servicio a través del análisis de su ciclo de vida. "Permite la comparación entre productos que cumplen la misma función y también requiere la verificación de un organismo independiente", ha señalado.
En este apartado, la firma sueca EPD es la más conocida y utilizada a nivel europeo, ya que desarrolla reglas para cada categoría de producto y permite que se puedan consultar los resultados de las declaraciones ambientales.
En esa misma línea se han manifestado Raquel Minguet, del Centro de Tecnologías Limpias de la Generalitat Valenciana, que se ha referido al código de conducta publicitaria que funciona a nivel nacional; Valeria Ibáñez, de la UJI, que ha detallado los criterios de la etiqueta ecológica europea para baldosas cerámicas; y Eva Montagud, del departamento de medio ambiente y calidad de Pinturas Monto, que ha explicado la experiencia de ecoetiquetado de su propia empresa.
El curso de verano de la UJI 'Ecodiseño y etiquetado ecológico. Una ventaja competitiva para empresas' tiene como objetivo sensibilizar a empresas y consumidores de las ventajas que tiene diseñar y demandar productos valorando su aspecto ambiental. El programa ofrece una visión aplicada del ecodiseño, dando respuesta a dos cuestiones: cómo diseñar productos respetuosos con el medio ambiente (ecodiseño) y cómo dar a conocer la mejora ambiental de los productos al consumidor (ecoetiquetado).
