La hostelería de Castellón exige un plan de rescate urgente: “No queremos limosnas ni más mentiras”

La hostelería ha tomado, de nuevo, el centro de Castellón. Esta vez para protagonizar una sonora cacerola de  una hora de duración que ha comenzado frente a la Subdelegación del Gobierno y ha finalizado con un estruendo final frente a la Casa dels Caragols, la sede del Consell en la capital de la Plana.

Más de 500 hosteleros han exigido al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, un plan de rescate urgente.

Así, Álvaro Amores, presidente de la Asociación de Hostelería de Castellón (Ashocas) ha asegurado en su manifiesto que “necesitamos ayudas reales y ajustadas a lo que de verdad necesita el sector. No queremos limosnas, ni más mentiras”.

A la protesta se ha sumado la Asociación de Autocares de Servicio Discrecional de Viajeros por Carretera y Policías por la Libertad.

Ante el aumento de contagios en las últimas semanas y tras dos semanas de cierre de los bares, restaurantes y cafeterías, los hosteleros se han preguntado “de quién es ahora la culpa. Más de quince días cerrados y los aumentos siguen descontrolados. A quién van a apuntar ahora”.

Amores ha asegurado que “la hostelería siempre ha velado por la salud de sus clientes y de todos los ciudadanos cumpliendo escrupulosamente todas las medidas, pero quien vela ahora por la salud de la hostelería”. Y sobre el Plan Resiste anunciado por Ximo Puig un día antes de decretar el cierre de la hostelería el pasado 19 de enero, los hosteleros aseguran que “nunca un plan había había hecho tanto honor a su nombre, cada día vemos que Ximo Puig se resiste más a dárnoslo a conocer. Necesitamos transparencia”.

El alegato también echaba por cara la falta de asistencia de los sindicatos y la patronal a los diferentes actos protesta organizados en Castellón y Valencia. “La patronal y los sindicatos se sentaron a negociar un Plan Resiste que desconocemos y aún no hemos visto que apoyen al sector en ninguna de las manifestaciones que hemos llevado a cabo”, lamentan.

La hostelería ha sido uno de los sectores más responsables según la organización empresarial, porque ningún otro sector, lamentan los hosteleros, ha cerrado voluntariamente cuando uno de sus trabajadores ha estado en contacto o ha dado positivo por covid.

Por otro lado, Amores se refería a que la Comunitat ha sido la más restrictiva en tiempo y en medidas, pero “los positivos están descontrolados, cada día hay más casos. Ayer mismo récord con 112 fallecidos ¿y ahora?, ¿de quién es la culpa?”.

Otra de las reclamaciones que llevan realizando desde el principio es la de pagar a razón de los ingresos que se generen. Por ello aseguran que “tras once meses de castigos, limitaciones horarias y de aforo, ha llegado la hora de pagar impuestos y hemos tributado como si hubiéramos trabajado al 100%, exigimos pagar a razón de lo que ingresamos. Por lo tanto, ahora mismo estamos ingresando cero y exigimos pagar cero. No queremos ni créditos ni aplazamientos, eso solo hace que nos ahoguemos aún más”.

En los próximos días la asociación dará a conocer una protesta que están organizando con asociaciones de muchos otros sectores y que pretende paralizar la Comunitat Valenciana a lo que Amores se refirió: “Leegaremos donde sea necesario hasta que las condiciones no cambien”.

La facturación del transporte de viajeros ha caído un 20%

Pedro Vives, presidente de la Asociación de Autocares de Servicio Discrecional de Viajeros por Carretera, ha asegurado que “somos una importante herramienta dentro del sector turístico” y después de 11 meses sin prácticamente ningún servicio realizado “no hemos recibido ninguna ayuda por parte de ninguna administración”. “Lo único que hemos recibido son préstamos que ayudan a a endeudados más y moratorias pro las que pagas más intereses sobre el leasing y las herramientas se hacen antiguas sin utilizarse, con lo que tendremos un envejecimiento de la flota”.

Vives lamenta que la Generalitat Valenciana no haya incluido al sector en el plan de rescate cuando la facturación ha caído un 20% respecto de 2019.