El Amics Castelló paga con la derrota su mala primera parte ante el Peñas Huesca

El Amics Castelló encajó una derrota que escuece. Sobre todo por las formas, ya que el partido tuvo un guión similar a otros vistos esta temporada en el parquet del Ciutat, en el que los anfitriones no despiertan hasta después del descanso. La remontada estuvo cerca y duele todavía más cuando te ahogas en la orilla, pero el lastre que se llevaba del mal inicio acabó pasando factura.

El choque se inició con un ritmo muy vivo, con los locales acertados, haciendo transiciones rápidas y ataques muy directos, aunque incurrían en despistes defensivos que pusieron a los aragoneses con por delante en el marcador. El Peñas Huesca seguía encontrando el aro con facilidad y la situación se puso realmente delicada para el Amics en el minuto 7 (10-20), con lo que Toni Ten tuvo que pedir un tiempo muerto. Esta pausa coincidió con la entrada de recambios en busca de más agresividad en defensa y ataques más incisivos, pero la cosa seguía sin funcionar.

En el segundo cuarto, la situación no mejoraba. El capitán Chema García era quien generaba más opciones en ataque con sus penetraciones, mientras que el combinado oscense daba muchos problemas con su poderoso juego interior. Además, se unió el buen hacer del base visitante Costa, quien era una amenaza constante desde el exterior. La defensa castellonense continuaba siendo floja, lejos de la agresividad que le ha caracterizado en otras ocasiones, por lo que al descanso sonó una señal de alarma aún más fuerte que la anterior (36-52). Demasiados puntos en contra para los de La Plana.

En la reanudación tocaba darlo todo si se quería tener alguna opción de victoria. El Amics parecía consciente de ello y se puso a apretar las clavijas. Y se notó, vaya que si se notó. En cuatro minutos se bajó de la barrera psicológica de los 10 puntos (48-57), con lo que el entrenador visitante, Joaquín Costa, pidió un tiempo muerto. Pero el vendaval local seguía a todo mecha. Se comprobó una vez más que en el baloncesto, cuando atrás estás activo, en ataque salen mucho mejor las cosas. En el Amics pasó eso, sobre todo en sus lanzamientos triples, en los que fue más certero que un misil. Muy pocos lo hubieran dicho al término de este tercer período, pero se llegó al término del mismo con la renta oscense reducida a tan sólo 3 puntos (66-69). El parcial había sido un demoledor 30-17, pero faltaba rematar la faena.

Los de Toni Ten mantuvieron la garra y el choque atravesó una fase un tanto alocada, con poca paciencia para elaborar los ataques, aunque en esa atmósfera el Amics se mueve bien. Sin embargo, el combinado aragonés se veía más sólido, no se dejaba avasallar tan fácilmente como en el cuarto anterior, y las alternativas en el marcador se sucedían, todo estaba por decidir.

A 1:22 del final el Peñas Huesca mandaba por dos puntos (79-81). El Amics no tuvo suerte en sus posesiones posteriores y la cosa se puso peliaguda a 13 segundos del final con una renta de 4 puntos para los visitantes. Al final no se obró el milagro y el triunfo se fue hacia tierras aragonesas. No es que los locales jugaran mal el tramo decisivo del choque, sino que pagaron cara su desidia inicial.