Los vecinos de Burriana celebran San Nicolás

Es 6 de diciembre y, además de ser el Día de la Constitución, en Burriana se celebra San Nicolás. En comisiones falleras, en familia, pero también en el Restaurante Savarín. Una festividad celebrada en la localidad desde hace siglos y que se remonta a la época en la que moros y cristianos estaban en guerra en nuestras tierras.

A las nueve de la mañana alrededor de 100 personas ya estaban sentadas en sus mesas esperando el típico almuerzo: una longaniza con pan. A pesar de ser tan pronto, los comensales se han reservado un hueco en el estómago para celebrar esta festividad.

Como es tradicional, entre bocado y bocado, todos los asistentes entonan la canción de San Nicolas: “Sant Nicolau, santo bendito, confesor de Jesucristo, viva el rey, muera el gallo, cuatrocientos a caballo. Tris Tras, llonganissa menjaràs, Tris Tras en la espassa moriràs”.

Una vez finalizado el almuerzo reparten las espadas de madera, también esenciales para festejar este día. Los comensales, emocionados, cantan de nuevo la canción y esta vez golpean sus espadas unos con otros. Es día festivo y se nota en el ambiente: risas, jolgorio e ilusión por esta jornada.

Una y otra vez, las mesas entonan la canción, golpean sus espadas, y disfrutan entre familia y amigos. El almuerzo viene acompañado de un dulce típico: los miguelitos, que todos comen encantados.  

En el Savarín se celebra de forma especial, y es que se lleva a cabo una representación. Es difícil, pero cuando el presentador coge el micrófono, todos los comensales paran la juerga y escuchan: “no hay nada más importante que la educación, y la educación emana que esta fiesta se tenga que celebrar”. En seguida vuelve la fiesta y todos cantan. La representación cuenta con dos personajes esenciales: el moro del año y San Nicolás. Ambos cuentan la historia de esta festividad y cuando acaban, como era de esperar, todo el restaurante vuelve a cantar la canción con emoción y alegría. ¡Viva San Nicolau!, exclaman.