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“Es muy doloroso no poder hablar con mi madre cuando más lo necesitamos”

“Es muy doloroso no poder hablar con mi madre cuando más lo necesitamos”
  • Recogemos el testimonio de cómo está viviendo la crisis del coronavirus Eva, la hija de una interna en una residencia de mayores

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“Es muy doloroso no poder hablar con mi madre cuando más lo necesitamos” - (foto 2)

 Mientras la gran parte de españoles se está calzando las zapatillas para hacer deporte en la calle y celebrando el poder volver a salir de casa, mientras vemos cómo hay aglomeraciones de ciclistas en carriles bici y cómo algunos ayuntamientos piden una y otra vez que se respete el distanciamiento social, hay una realidad sangrante que sigue ahí, aunque ya no ocupe las portadas de los periódicos: el coronavirus sigue golpeando a las residencias de mayores, consumiendo a quienes lo sufren y a quienes no también, porque el aislamiento y la falta de información es un mal que a todos ellos atormenta.

“Es muy doloroso no saber cómo está, que mi madre esté tosiendo y con fiebre y estén dos días sin decirme si ha dado positivo o no. Es muy triste que esté aislada en su habitación, que no podamos hablar con ella y que el día de la madre no hayamos podido felicitarla. La información llega a cuentagotas, la descoordinación interna que había antes se ha visto ahora multiplicada y ahí dentro hay 170 residentes y uno de ellos es mi madre, con 82 años y con Alzheimer, cuatro hijos, 8 nietos y 4 bisnietos, todos ellos padeciendo por saber cómo está”.

Son las duras palabras de la hija de Amparo, Eva, que denuncia la escasa y confusa información que se emite desde la residencia en la que está su madre, en Burriana, y que denuncian los familiares de muchas residencias de ancianos españoles, que se han visto desbordadas por una crisis que jamás habrían imaginado. En este geriátrico de Burriana hay 170 residentes y unos 26 contagiados (oficialmente no se sabe ya que la Conselleria no da datos de cada una de ellas).

Pero sí sabemos la evolución del coronavirus en las residencias de mayores de la Comunitat Valenciana y la magnitud del dato nos permite hacernos una idea del duro golpe que la pandemia está dando a nuestros mayores. Según los datos publicados por la conselleria de Sanidad este lunes 4 de mayo hay ahora mismo casos positivos en 73 centros de mayores de la Comunitat. Son ocho residencias menos que ayer pero los contagios y las muertes se siguen produciendo: la pandemia se ha cobrado la vida de dos residentes más en 24 horas y otros tres han dado positivo.

Desde que estalló el primer brote en una residencia de Torrent hace casi dos meses, más de 2.000 ancianos se han contagiado en alguna residencia de la Comunitat y han fallecido 476 de ellos. Casi cuatro de cada diez muertes por covid-19 ha sido la de un anciano de estas residencias, convertidas en auténticos ‘búnkeres’ para evitar que nuevos contagios puedan entrar desde el exterior.

“La dirección de la residencia tomó una medida acertada prohibiendo las visitas desde el 11 de marzo y con eso consiguió que durante 26 días no hubiera ningún residente contagiado. Pero desde que se produjo el primer contagio tardaron una semana en comunicarlo y porque falleció uno de los tres positivos”, denuncia Eva, que nos relata en este testimonio la desesperación de estar esperando los resultados de una prueba de covid-19, teniendo a su madre con fiebre y sin saber en qué estado se encontraba.

“Tuvimos que denunciar en la Guardia Civil y en la Policía Local de Burriana y finalmente tuvimos una respuesta porque una policía maravillosa y solidaria llamó a la residencia ella misma y consiguió que una enfermera, que además estaba en su primer día de trabajo, nos dijera que todavía no tenían el resultado de las pruebas pero que mi madre estaba con las constantes vitales bien y sin fiebre”, recuerda. Finalmente dio negativo.

Eva ha denunciado a la conselleria por varios incidentes debido a una “falta de coordinación que se ha visto agravada ahora más con las circunstancias”. Y añade: “Hay trabajadores que se desviven por los residentes y a quienes les agradezco su humanidad, pero entiendo que van desbordados. Y al fin y al cabo quien está ahí dentro es mi madre, somos personas y necesitamos saber de ella. No nos pueden pedir que no llamemos para preguntar cómo está, es inhumano”.

Eva reconoce que esta situación le está afectando psicológicamente y que se plantearon sacarla de la residencia cuando Sanidad lo permitió, “sobre todo mi hermano que está en Madrid y está viendo todo lo que ha pasado con las residencias allí”. “Pero estamos teletrabajando y no puedo atenderla como una persona con alzheimer necesitaría”.

“Solo pido que carguen el teléfono que tiene en su mesita y que nos dejen hablar con ella. Sería más sencillo llamar directamente a ese número y que un auxiliar nos pusiera con ella, que tener que hacerlo a través de una centralita saturada. Y también que nos informen”. Transparencia, es lo que pide Eva y los familiares de cientos de residencias en toda España.

Este fin de semana Amparo ha vuelto a someterse a una prueba de covid-19 y ha dado negativo: “Hoy, finalmente, he conseguido hablar con mi madre y felicitarla, aunque un día más tarde, el día de la madre”. Su regalo, un álbum con fotos de todos sus hijos, nietos y bisnietos, se lo entregará cuando todo pase, y pueda por fin abrazarla. Como también esperan poder abrazar otros cientos de miles de familiares a sus mayores.

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