Finaliza la primera fase de las obras de restauración de la capilla del Convento

Esta semana se han recepcionado las obras de restauración de la capilla del Convento de San Francisco, con lo que se pone el punto y final a la primera fase de rehabilitación del edificio. Las obras, que empezaron hace poco más de un año, han servido para sanejar la mayor parte de las bóvedas y paramentos de la iglesia, muy deteriorados debido a la humedad, a los incendios y a los continuos cambios de uso del edificio, que después de la desaparición de la orden franciscana, ha acogido desde una escuela, un hospital, un cuartel de la Guardia Civil, un cine y antes de la restauración sirvió de almacén municipal.

La restauración de las pilastras y los arcos de piedra que modulan la nave central, la construcción de una solera de ventilación para evitar humedades y la preinstalación eléctrica también se han ejecutado durante esta primera fase.

Independientemente de la mejora estructural de la iglesia, la actuación más importante y sorpresiva de esta fase ha sido el descubrimiento de 30 lápidas sepulcrals del siglo XVIII, algunas con los cuerpos correspondientes, alineadas en los dos lados de la nave central. Las lápidas se encontraron por casualidad al perforar el suelo para instalar los cables de las conexiones eléctricas y suponen una concentración poco habitual de lápidas, tanto por la cantidad como por la calidad de la conservación.

Las 30 lápidas datan de entre el año 1749, la más antigua, al 1805, la más reciente, con apellidos tan endémicos de Benicarló como Masip (o también Macip), Cerdá, Llorach, Anglés, Pruñonosa o incluso el conocido White, de la saga de comerciantes del Vino de Carlon.

Paralelamente, la restauración, que ha contado con la colaboración de las empresas IFF y Ashland Chemical, también ha servido para conocer como era la iglesia primitiva del convento cuando se construyó a finales del siglo XVI. La iglesia no llegaba a la actual línea de fachada, sino que era más pequeña. El actual edificio se configuró durante la ampliación del convento, que tal y cómo se indica en la fachada, data del 1791.

La segunda fase, el año que viene

Las inversiones del Ayuntamiento para el año que viene incluyen la segunda fase de las obras de restauración de la capilla, una fase que servirá para poner en valor los hallazgos arqueológicos, para colocar el pavimento y para aplicar los revestimientos finales. Además, se restaurarán las pinturas de las capillas laterales y se instalarán todos los equipamientos correspondientes a la luz eléctrica y climatización del edificio.

Con esta segunda fase culminará el proceso restauración del conjunto arquitectónico del Convento de San Francisco, un proceso que empezó el 1990 y que ha servido para poner en valor una de las joyas del patrimonio cultural y arqueológico de Benicarló.